La Casa San Cristobal, de Fundación Obra Social y Monte de Piedad de Madrid, ha compartido la experiencia ‘Autobarrios’ en la que participa junto al colectivo de arquitectos Basurama en el Festival de Cultura Adolescente (Festeen), celebrado recientemente en el centro cultural Matadero de Madrid.
Autobarrios es un proyecto que intenta facilitar la creación de una iniciativa de desarrollo urbano comunitario
Así nos lo cuenta Isabel del Rey, que trabaja en Casa San Cristobal y ha sido testigo de todo este proceso de transformación de un espacio físico, que ha repercutido en un profundo cambio para la vida de los vecinos.
A través de un trabajo en red, con los recursos locales y junto a las entidades del barrio, mediante prácticas creativas se transformó un lugar abandonado y degradado del entorno en un espacio público cualificado y útil para los vecinos. Se trata de un puente que es el punto de acceso al madrileño barrio de San Cristóbal, que estaba abandonado y ahora es un espacio de referencia para los vecinos.
El trabajo no fue fácil: se creó una red e implicó a la gente de la zona para que aportasen su granito de arena, así como sus opiniones y expectativas acerca del proyecto. Con el apoyo de profesionales del sector cultural, de colectivos y empresarios del barrio, pero también de gente de fuera que ha venido a ayudar, un espacio físico degradado se ha convertido en referente cultural.
Hemos hecho que sean ciudadanos activos y constructores de su propio entorno y en esa labor les han acompañado gente de fuera, y de renombre, lo que ha emocionado y motivado aún más a los vecinos
Así, un barrio que antes salía en las noticias por cuestiones negativas, ahora se ve en un anuncio publicitario, en reportajes de la televisión italiana y francesa, y es visitado por artistas que graban aquí sus videos musicales o mostrado en revistas de arquitectura de todo el mundo. Isabel del Rey lo ve así:
Es un espacio muy respetado en el barrio, porque parte de sus vecinos, ha sido creado por ellos y son quienes lo van a mantener y llenar de vida
¿Quién ha decidido qué hacer?
Una plataforma de jóvenes creada al efecto es la encargada de decidir los pasos a tomar y qué hacer en cada momento. Acordaron pintarlo de colores vivos e instalar mobiliario polivalente que sirva para que el espacio pueda usarse como sala de cine o de teatro. Ellos han decidido qué crear y además, desde Casa San Cristobal trabajan para que estos mismos jóvenes se sigan sintiendo protagonistas y sean quienes faciliten las experiencias culturales al resto de vecinos.
La idea es que estos jóvenes, cuyas edades oscilan entre 18 y 20 años, se conviertan en los gestores y programadores culturales de ese espacio y para desarrollar ese cometido les están formando en Casa San Cristobal. Por el hecho de estar involucrados en el proyecto desde el principio, estos chicos se muestran especialmente interesados en darle vida, una vez que se ha completado la fase de creación.
Hemos convertido a los vecinos en participantes activos y se han dado cuenta de que pueden hacer y disfrutar su entorno. Ahora todo lo que suceda aquí depende de ellos
En definitiva, su participación en el Festeen sirvió para dejar claro que los ciudadanos tienen mucho que decir en su entorno, pueden innovar, crear, ser activos y participativos para cambiar su realidad. Y es que ‘Autobarrios’ demuestra que laspersonas pueden ser gestoras del cambio en su entorno más cercano.
Además, se transforman en los mejores gestores culturales, porque nadie mejor que ellos sabe lo que quieren, necesitan y les gusta, aprendiendo y creándose nuevas necesidades
Un centro de referencia para la integración
El germen del centro se remonta a 30 años atrás, cuando empezó a funcionar en este barrio madrileño una biblioteca, un espacio de mayores y una escuela de idiomas a instancias de lo que hoy es Fundación Obra Social y Monte de Piedad de Madrid. En 2012 se aúnan estos recursos y se crea un centro integrado. Nace así Casa San Cristobal, un espacio multidisciplinar donde se abordan distintas áreas como educación, cultura o solidaridad.
En el madrileño barrio de San Cristobal conviven 22.000 personas y el 45% de la población es inmigrante. Eso hace que las necesidades y motivaciones de la población sean muy específicas. En un vecindario donde hay mucha gente mayor y también muchos jóvenes, Casa San Cristobal es, en palabras de Isabel del Rey:
Un lugar que aporta esperanza e ilusión por el futuro a los ciudadanos, al saber que las cosas se pueden cambiar si se cuenta con las herramientas necesarias. Es un punto que ilumina la vida de los vecinos
Imaginad un espacio que los vecinos, desde los mayores a los más pequeños, llenan de vida participando en actividades de todo tipo. Eso es Casa San Cristobal, un centro de referencia para la interculturalidad y donde late la vida de todo un barrio.