El mundo recuerda a Iqbal Masih en el Día Internacional contra la Esclavitud Infantil

El 16 de abril de 1995, el niño pakistaní Iqbal Masih fue asesinado mientras paseaba en bicicleta. Iqbal había logrado escapar de la fábrica en la que fue esclavizado durante casi toda su infancia, tras ser vendido por su padre para pagar una deuda. Una vez en libertad, su activismole convirtió en un carismático símbolo de la lucha contra la explotación de los más inocentes. En su memoria, el 16 de abril pasó a ser el Día Internacional contra la Esclavitud Infantil. En este 2015 se cumplen ya veinte años del horrible crimen que conmovió a la comunidad internacional, tiempo que no ha bastado para desterrar la lacra del esclavismo.

Los datos son sencillamente escalofriantes. Según informa la ONG Save the Children, más de 100.000 menores sufren abusos sexuales y son utilizados como soldados en la República Centroafricana. En la República Democrática del Congo son más de 2.000 los que son forzados a participar en el conflicto bélico del Kivu Norte. En Sudán, Libia, Malí, Somalia, Costa de Marfil… también ha crecido la cantidad de niños-soldado, que podrían sumar cerca del medio millón en todo el mundo.

La esclavitud infantil, desgraciadamente, va mucho más allá del reclutamiento militar. En el estado indio de Tamil Nadu, varios miles de niñas menores de edad trabajan en la industria textil. Las condiciones en que lo hacen se aproximan mucho a la definición de esclavitud, si es que no la cumplen al pie de la letra. De hecho, es frecuente que sus padres sean engañados con falsas promesas para lograr que den el visto bueno a la incorporación de sus hijas a este mercado. Son muchos los gigantes del sector que todavía producen aquí sus prendas, aun sabiendo que su retirada es el paso más eficaz hacia la necesaria erradicación de esta práctica.

El negocio de los tejidos y otros como la agricultura, la pesca, el tabaco o la producción suman más del 70% de los niños explotados en nuestro planeta, que son más de 120 millones. A la vista está que no hablamos de un asunto menor, sino probablemente del mayor problema laboral a nivel global. Ya es hora de que gobiernos y autoridades actúen con toda la contundencia que la cuestión requiere para terminar de una vez por todas con la explotación de menores en todas sus formas. Hasta entonces, cada 16 de abril será un día de sensibilización y lucha; porque garantizar los derechos de los niños es una batalla en la que todos debemos implicarnos.