#Inéditos2017, Beatriz Ortega Botas y la racionalización del arte

Beatriz Ortega botas grasping a concept Inéditos

Inéditos, nuestro programa de arte dedicado a fomentar el trabajo de jóvenes comisarios, que les facilita la posibilidad de producir su primera exposición y editar un catálogo, está a punto de celebrar su edición de 2017. A lo largo de 15 ediciones, desde Fundación Montemadrid hemos apoyado a comisarios noveles, que han presentado sus proyectos curatoriales a La Casa Encendida. Este año, las ganadoras de #Inéditos2017 mostrarán su trabajo del 15 de junio al 17 de septiembre de 2017.

Ahora -después de haber descubierto los secretos de I would prefer not to de Bárbara Cueto-, hablamos con otra de las ganadoras, Beatriz Ortega Botas, que nos presenta Grasping a Concept is Mastering the Use of a Form. Una exposición que indaga en el papel primario que juega la experiencia estética al proporcionar el necesario encuentro entre pensamiento y materia.

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¿Cómo nace Grasping a Concept? 

El proyecto toma como punto de partida una máxima del racionalismo inferencialista del filósofo Wilfrid Sellars, en la que sostiene que grasping a concept is mastering the use of a word, es decir, que la actividad conceptual de la razón se puede entender como un juego de relaciones regladas entre distintas expresiones. La propuesta de esta exposición consiste en aplicar y adaptar este argumento filosófico a las formas artísticas, siendo estas las que, a través de su uso en juegos de inferencias, conducen al concepto, es decir, al pensamiento.

Lo cierto es que desde hace algún tiempo mi investigación —tanto a nivel académico como a nivel curatorial— ha estado centrada en la relación entre el arte y un pensamiento racional. Este interés surge a raíz de la fuerza que ha tomado la corriente filosófica del realismo especulativo dentro del arte contemporáneo internacional, donde se han sucedido en los últimos años una serie de debates en torno al encuentro entre pensamiento humano y materia que afectan de manera directa nuestra concepción de la experiencia estética.

Este ha sido el punto de partida para proponer una reconsideración del arte y la experiencia estética dentro del proceso de producción de un pensamiento racional.

¿Qué significa para ti ese encuentro entre pensamiento y materia que propone Grasping a Concept?

Lo que propone es tomar las formas como catalizadores para el desarrollo del pensamiento racional. Así, el arte se presenta como parte fundamental en el proceso de producción de un conocimiento racional sobre el mundo. Si bien se ocupa de lo sensible, creo que lo interesante es tratar de entender cómo puede propiciar un conocimiento racional.

Sin negar la radical diferencia entre lo conceptual y lo no-conceptual, sus naturalezas distintas son capaces de imbricarse: lo sensible es capaz de contribuir a nuestro conocimiento del mundo que nos rodea. Grasping a Concept is Mastering the Use of a Form no hace otra cosa que proponer la experiencia estética como integradora de estos dos ámbitos: el conceptual y el no-conceptual.

Decía Foucault que en la representación, un signo debe poder remitir al pensamiento que representa. ¿Pasa lo mismo con la experiencia estética que propone esta exposición?

La experiencia que propone la muestra sirve para poner en relación aquello que percibimos en esa experiencia con los procesos del pensamiento racional. No se trata tanto de un ejercicio de semiosis; esta exposición no propone tanto un ejercicio de entendimiento, de comprensión de aquello que se representa, sino que, precisamente, juega con esa incapacidad de comprender, ese fracaso a la hora de fijar contenidos semánticos, que sin embargo es productivo a nivel conceptual forzando un movimiento en el pensamiento.

¿Qué disciplinas artísticas se podrán ver en ella? 

La exposición es bastante “clásica” en este aspecto: pintura, dibujo, escultura y un par de telas bordadas y pintadas.

¿Cómo has seleccionado a los artistas que participan?

Una vez armada la propuesta curatorial fui introduciendo artistas cuya obra me interesaba. Su participación, las obras que me propusieron, a su vez afectaron de vuelta al  discurso comisarial. Por ejemplo, me doy cuenta ahora que ha aparecido una cierta tendencia orgánica en las formas que presentan los distintos artistas que me gusta muchísimo y que ha sido algo más casual y que se ha dado a posteriori. Además de eso, creo que todas las obras tienen mucho que ver entre sí, la sinuosidad de sus formas, incluso las tonalidades que presentan, la claridad formal… son elementos que se repiten en todas ellas y que favorecen el juego de ecos y repeticiones del que habla el inferencialismo.

Por último quiero también insistir en el peso que tiene la investigación material en todas las obras. Destaca el encuentro de los artistas con los materiales, la vertiente más artesanal de su trabajo, si se quiere, que sin suponer una romantización de la práctica artística, sí que defiende un modo de hacer manual, de experimentar con el propio material.

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