Una situación delicada en Birmania

Birmania se ha convertido en los últimos meses en una de las naciones más castigadas por los desastres naturales. El ciclón Nargis asoló el país el pasado 5 de mayo, arrasando con todo lo que se encontraba a su paso. Ni una casa medio derruída ni una vaca para comerse entre toda una comunidad. Desaparición absoluta, como si antes allí no hubiera existido nadie. Olivier Longué, presidente de la ONG Acción contra el Hambre, la única ONG que tiene a personal español dentro del país,  se manifiesta de la siguiente manera.

«Aunque son cifras que debemos tratar con muchísima cautela, se habla de más de dos millones de damnificados La realidad es que no se conocen con exactitud debido a la falta de acceso a muchas de las zonas afectadas”

Asimismo, las ONGs encuentran muchas dificultades para prestar ayuda humanitaria en el país asiático  por las restricciones impuestas por el gobierno birmano para  el acceso de voluntarios y cooperantes. el secretario de Naciones Unidas, Ban Ki- Moon, se vió obligado a instar a la Junta Militar birmana  de la necesidad imperiosa de permitir entrar a la comunidad internacional.A pesar de las actuaciones de las organizaciones y de distintos organismos internacionales, la situación todavía es delicada y un gran porcentaje de la población sigue sin estar atendida.

Mientras tanto, los países vecinos, Vietnam, Camboya y por supuesto Tailandia, crecen y se enriquecen mientras Birmania sigue aislada y se queda como está. Ojala podamos decir pronto que este país tiene lo que se merece, es decir, libertad, información y una correcta distribución de su riqueza.