La aventura de Maua comienza cuando tiene seis años. Su padre, político en la República del Congo, tiene que huir por la dictadura y recibe asilo político en España. A pesar de su brillante carrera, tiene que empezar de cero y abrirse camino en nuestro país para conseguir para los suyos una vida digna.
En condiciones mucho peores, cientos de inmigrantes llegan a nuestro país diariamente sin nada, con una vida por construir, y con muchas dificultades para conseguirlo.
El padre de Maua comenzó trabajando con maquinaria pesada en obras, en la construcción, y poco a poco, a base de mucho esfuerzo, pudo reunir el dinero suficiente para reunir a toda su familia y darles vivienda y cuidados dignos.
La joven colabora actualmente con Karibu, una asociación que se ocupa de los subsaharianos que llegan a Madrid sin nada, y este trabajo le encanta. Es una manera solidaria de trabajar para ayudar a otros que, como ella, lo han pasado mal.