Los linces: las otras víctimas de la carretera

Están declarados animales en peligro de extinción y, por ello, la escasa población de lince ibérico que existe en el mundo vive “protegida” en los parques de Doñana y Sierra Morena. Sin embargo, su refugio muchas veces se convierte en su tumba debido a la mano, o mejor dicho, al coche, del hombre.

Ya son seis los ejemplares de este precioso animal que han muerto atropellados en lo que va de año.

El último ha sido Drupa, una pequeña hembra que tuvo la mala suerte de cruzar el pasado día 16 por el kilómetro 21 de la carretera A- 483, tramo situado entre Almonte y El Rocío. Un punto negro que tiene el triste record de figurar como el tramo en el que más linces han perdido la vida, un total de 14 desde 1982.

Esta es una zona por la que los cachorro de lince transitan habitualmente y por ello, las organizaciones ecologistas, como WWF/Adena, llevan años pidiendo a la Junta de Andalucía que se active un plan de emergencia que evite que se produzcan más trágicos finales como el de Drupa.

Plan que la Junta no debe de considerar muy urgente porque el tránsito de vehículos privados por la zona ha aumentado, llegando a alcanzar éstos velocidades muy altas, sin que nadie halla movido un dedo para evitarlo.