La imagen de la semana: BUSF lleva agua y medicinas a 2.500 personas en Filipinas

Un barco, en mitad de los destrozos causados por el tifón en Filipinas
Foto: BUSF

Más de 2.500 supervivientes del tifón Haiyán, que ha causado numerosas muertes y daños materiales en Filipinas, tienen garantizado el consumo mínimo de agua potable y asistencia médica, gracias al trabajo del Grupo de Intervención ante Catástrofes (GIC) de Bomberos Unidos Sin Fronteras (BUSF) que partió hace días hacia Tacloban y que cuenta con la ayuda de Fundación Especial Caja Madrid. ¿Les ayudas a ayudar?

Desde la ONG hacen un llamamiento de urgencia para conseguir fondos que les permitan mandar más técnicos voluntarios y más medicamentos y nos cuentan que sin colaboración se verán obligados a cerrar la misión. La cuenta de BUSF habilitada para hacer donaciones al Proyecto de Ayuda a Filipinas es: 2038 0603 28 6006434259.

El albergue creado en la escuela Phil Sciene de la ciudad de Taclobán, donde se alojan 350 familias, se ha convertido en el centro de operaciones de BUSF en la zona, después de que Naciones Unidas y las autoridades locales asignaran a la ONG este espacio para que suministre agua potable y atención sanitaria de emergencia.

La situación es verdaderamente crítica en la zona y ha sido muy difícil llegar a establecer y poner en marcha la planta de potabilización debido a los enormes problemas que reinan en la zona, la falta de combustible, transportes, comunicaciones y el drama que se vive a cada momento por las calles de Tacloban. Es difícil de imaginar, donde la gente desesperadamente busca algo que beber o comer, motivo por el que el número de enfermos aumenta cada día

Así se lo ha contado a sus compañeros de BUSF en Madrid el responsable de su GIC en la zona, Antonio Nogales, quien considera que estos hechos han convertido a la emergencia de Filipinas en la más difícil de atender. El técnico en potabilización Javier Aranda, que es bombero profesional en Alcorcón (Madrid), y Juan Carlos Camafreita, bombero de la capital madrileña, añaden:

El poder garantizar el suministro mínimo de agua potable a todas estas personas y poder darles una pronta atención médica hace que estemos salvando cada día miles de vidas al impedir que enfermen o que sus enfermedades lleguen a costarles la vida

Esta situación pone de manifiesto la necesidad de permanecer en el albergue el mayor tiempo posible, hasta que todo vuelva a una cierta normalidad y se restaure el agua potable. En palabras de las sanitarias de BUSF Belén Colmena e Inés García:

Hay que aguantar hasta que disminuya el número de enfermos que necesitan una atención médica de urgencia. Hay que conseguir tiempo para que la zona recupere el control y cierta normalidad

¿Te animas a ayudar a BUSF a seguir ayudando? Entre todos podemos hacer mucho.