El plan ‘científico’ para acabar con la ultrapobreza

Más de una y dos veces habrás escuchado ese proverbio chino que dice «regala un pescado a un hombre y comerá un día; enséñale a pescar y comerá toda la vida». Sabias palabras a las que podemos encontrar aplicación práctica en muchos ámbitos de nuestras vidas. Pero… ¿crees que podrían trasladarse también al terreno de la ayuda humanitaria?

Según las conclusiones de un estudio recientemente publicado en la revista Science Magazine, el proverbio es perfectamente aplicable a ese ámbito, con algunos matices. Además de ‘enseñar a pescar’, conviene ofrecer apoyo y formación a ese pescador primerizo hasta que desarrolla su técnica lo suficiente como para vivir de ella. De esa forma sí podrá «comer toda la vida».

¿En qué ha consistido este estudio? Los investigadores que lo han llevado a cabo han realizado un seguimiento de tres años a 21.000 personas en situación de ultrapobreza, repartidas por Perú, Ghana, Etiopía, India, Honduras y Pakistán. Durante los dos primeros recibieron formación y materiales para desarrollar un medio de vida viable en su entorno. En India fue la cría de cabras, en Honduras de cerdos y en Perú de cobayas; desde los cuidados iniciales hasta la estrategia para vender los productos.

Cada semana, asesores especializados visitaron a las familias para resolver sus dudas, motivarles y aconsejarles sobre salud y sobre la importancia de ahorrar, en la medida de lo posible. En estos duros comienzos su subsistencia se garantizaba a través de una ayuda mensual, de manera que podían concentrar todos sus esfuerzos en el aprendizaje y el trabajo. Tras dos años de intensa labor, todos los grupos quedaron completamente por su cuenta.

Para extraer conclusiones, el equipo de investigadores ha utilizado un método científico: ha comparado la evolución de estas familias durante su primer año de ‘independencia’ con la de otras que no habían seguido este sistema, conocido como modelo de graduación. Los resultados han sido sencillamente espectaculares. La práctica totalidad de los participantes mejoró su nivel de vida, de ingresos y de salud. Y por si esto no bastase, esta forma de gestionar la ayuda ha demostrado ser rentable: en cinco de los seis países en que se llevó a cabo el estudio cada euro invertido generó un retorno positivo, en algún caso de hasta el 433%.

A la vista de estas cifras, los autores del estudio han sido tajantes en sus valoraciones: «es posible realizar mejoras sostenibles en la situación económica de las personas en situación de ultrapobreza con una intervención a relativo corto plazo». Por eso consideran que el número de personas en situación de ultrapobreza en el mundo «puede y debe» pasar de 1.000 millones a cero en los próximos quince años.

En este gráfico elaborado por Mayada El-Zoghbi, Aude de Montesquiou y Syed Hashemi puedes observar con claridad cómo funciona el modelo de graduación: