‘El colchón’, Primer Premio del Concurso de Microrrelatos

¡Y aquí tenéis el relato ganador del Primer Premio del Concurso de Microrrelatos 315 Aniversario del Monte de Piedad! Un reconocimiento con el que hemos querido poner de relieve la importancia histórica y actual de una entidad que lleva tres siglos ofreciendo ayuda a quien lo necesita en forma de crédito social. Gracias a todos los participantes y enhorabuena a Fernando Larra Fernández por su magnífico relato, El colchón. Un galardón que se reconoce con un premio dotado de 1.702€, cifra que rememora la fecha en la que se fundó Monte de Piedad. Puedes descubrir el relato que ha conseguido el Segundo Premio aquí, y los ganadores de los Accésits del concurso aquí. Te invitamos a conocer la labor que sigue llevando a cabo la entidad. 

El Colchón

Un microrrelato de Fernando Larra Fernández (Madrid), ganador del Primer Premio del Concurso de Microrrelatos de Monte de Piedad

Todo el que entra por primera vez en mi despacho gira la vista y asombrado me hace la misma pregunta. Y a mí me encanta contarlo.
Mi padre era buena persona, guardagujas y pobre de solemnidad. Una bomba durante la guerra le sepultó mientras dormía y veinte años después aun caminaba contrahecho y con dolores crónicos. Así que en la Navidad de 1.960, mi madre, cansada de oírle rezongar por la noche, le llevó a rastras a Somieres Numancia a comprar a plazos un colchón de esos modernos de muelles. Y no sé si por comodidad o por no oírla. Pero mi padre no volvió a dar un ruido. Y así el colchón se convirtió en el artículo de lujo de una familia pobre.

Pero cuando acabé el colegio y empecé a estudiar maestría industrial en Embajadores, el colchón empezó a desaparecer de casa por temporadas.
La primera vez que pasó mi madre lo achacó a un muelle roto. Aunque tres meses para arreglar un muelle, parecía mucho tiempo. La segunda vez ni siquiera pregunté. Pero la tercera me di cuenta que el colchón desaparecía siempre en septiembre. Una mañana, cuando estaba a punto de empezar mi último curso vi a mi padre salir de casa con el colchón. Decidí entonces seguirle para averiguar donde pasaba los otoños el ojito derecho de la familia. Una hora después colchón y padre atravesaban la entrada del Monte de Piedad de Madrid en la plaza de las Descalzas. Cuando al día siguiente madre me dio las trescientas cuarenta y siete pesetas de la matricula comprendí dos cosas. Como era posible que yo estudiara en aquella escuela y donde pasaba el tiempo el colchón.
Así que por extraño que parezca, un colchón viejo, un recibo de empeños del Monte de Piedad y la foto de mis padres, decoran con orgullo la pared del director de mi empresa.

¡Descarga y lee aquí los relatos ganadores!