Mejora el tratamiento de las aguas residuales en Europa

Ilustración del artículo 13 de la Directiva sobre el Tratamiento de las Aguas Residuales Urbanas
Foto: Comisión Europea

Países Bajos, Austria y Alemania encabezan la lista de países de la UE que cumplen “ampliamente” las normas mínimas para el tratamiento de las aguas residuales, aunque parece ser, según apuntan desde la Comisión Europea, que les siguen muy de cerca otros, lo cual es “positivo” porque los datos del último informe, que abarca el período 2009-2010, indican que “el tratamiento de las aguas residuales en Europa ha mejorado, especialmente, respecto a la colecta y el tratamiento”.

En este sentido, el último estudio de la entidad europea demuestra que los estados miembros más recientes, que arrancaron desde una posición de desventaja, también han logrado mejorar la colecta y el tratamiento, a pesar de unos índices de cumplimiento inferiores. Estos avances se deben a un apoyo significativo de la UE en forma de inversiones por un valor de 14 300 millones de euros entre 2007 y 2013. De hecho, el informe muestra que la gran mayoría (91 %) de la carga contaminante de las grandes ciudades de la UE recibe un tratamiento más riguroso, lo que constituye una mejora considerable de la situación desde el informe anterior (77%).

Por su parte, el comisario de Medio Ambiente, Janez Potočnik, sostiene que el tratamiento de las aguas residuales es una de “esas pruebas fundamentales para la sociedad”. Asimismo, sobre este tema del tratamiento de las aguas residuales, Potočnik lanza al aire la pregunta de si los ciudadanos realmente estamos limpiando la suciedad que creamos o bien contaminando el medio ambiente del que dependemos.

Sin embargo, el comisario europeo concluye su discurso sobre el tema de las aguas residuales de forma positiva y asegura que ha comprobado con “alivio” que:

Las tendencias apuntan en el buen sentido. Me complace ver que la actuación de la Comisión, una combinación de apoyo financiero y, en caso necesario, de intervención jurídica firme ha logrado la colaboración de los ciudadanos europeos

Por lo visto, a principios de la década de 1990, solamente alrededor del 60% de las zonas de baño tenían agua de calidad excelente, frente al 78 % actual, informan desde la Comisión Europea. Y es que, la legislación de la UE, convenida en 1991, obliga a los Estados miembros a disponer de sistemas colectores de las aguas residuales urbanas y a que garanticen que las aguas que entren en dichos sistemas sean objeto de un tratamiento secundario adecuado para eliminar los contaminantes. Aparte, las aguas residuales que entren en zonas sensibles (tales como zonas de baño o depósitos de agua potable) deben ser objeto de un tratamiento adicional más estricto.

Por otro lado, la Directiva sobre el Tratamiento de las Aguas Residuales Urbanas obliga a los pueblos y ciudades de la UE a recoger y tratar las aguas residuales urbanas que generan porque las aguas residuales no tratadas pueden quedar contaminadas por bacterias y virus nocivos y representar, por tanto, un riesgo para la salud pública. Del mismo modo, según explican desde el organismo comunitario, estas aguas contienen nutrientes, como nitrógeno y fósforo, capaces de dañar las aguas dulces y el medio marino, al favorecer la proliferación excesiva de algas que asfixian otras formas de vida (eutrofización).

Pero en definitiva, como resumen de este último informe, resulta que, respecto a los índices de colecta, 15 de los estados miembros recogen el 100% de su carga contaminante y todos han mantenido o mejorado sus resultados anteriores. Asimismo, los índices de cumplimiento del tratamiento secundario son del 82%, cuatro puntos por encima de los del informe anterior, aunque hay grandes entre los estados.

Además, otro de los resultados arroja que los índices de cumplimiento del tratamiento más riguroso para combatir la eutrofización o reducir la contaminación bacteriológica que pudiera afectar la salud humana fue del 77 % globalmente. Y, por último, la Comisión Europea destaca que la parte del territorio de la UE designado zona sensible aumentó en dos puntos desde el informe anterior para situarse en casi el 75%.

No obstante, la Comisión Europea advierte de que, según un anexo del informe que compara la situación de 27 capitales europeas, solamente 11 de las 27 ciudades mencionadas disponían de un sistema adecuado de colecta y tratamiento a pesar de que las normas fueron establecidas hace más de 20 años.