En estos tiempos que corren, la tecnología está a la orden del día en cualquier ámbito de nuestra vida. Los sistemas de posicionamiento global, conocidos como GPS, están presentes en nuestros coches o en nuestros teléfonos móviles y nos ayudan en tareas cotidianas.
Lo que quizás no sepáis es que esa misma tecnología también puede ponerse al servicio del medio ambiente, ayudar al desarrollo sostenible y la preservación de las especies.
Y es que el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino participa en diversos proyectos de estudio, investigación y conservación de aves amenazadas en los que se sirve de la tecnología. Durante 2010 se han marcado con radio-emisores a cerca de 140 ejemplares para comprobar su estado y realizar un seguimiento pormenorizado de cada ave.
La mayoría de las especies marcadas han sido rapaces, entre las que nos podemos encontrar a grandes águilas, tanto perdiceras como imperiales. También se ha marcado a buitres negros, buitres leonados, quebrantahuesos y alimoches, todas ellas carroñeras, y también a pequeños aguiluchos. Además de las rapaces, han sido objeto de seguimiento varias aves marinas tales como cormoranes, cormoranes moñudos y gaviotas.
Esta iniciativa ha sido una referencia en todo el continente y debido a la dilatada experiencia que tienen los técnicos españoles en este trabajo, desde países como Francia, Portugal o Noruega se ha pedido asistencia técnica al Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino para poner en marcha programas similares.
Este tipo de emisores utiliza el sistema de satélites Argos, que facilita los datos de seguimiento de forma automática. Además en muchas ocasiones llevan incorporado un sistema de GPS que facilita el punto exacto de la localización de cada ejemplar. Así, con estas herramientas y la ayuda inestimable de la tecnología, el estudio de las especies en peligro de extinción y sus condiciones de vida es mucho más pormenorizado y eficaz.