Patrimonio: Puerta de Toledo (Ciudad Real)


Área: Cultura

La Puerta de Toledo es el testimonio más importante que se conserva del recinto amurallado de cuatro kilómetros y medio que defendía la entonces denominada Villa Real, fundada por Alfonso X el Sabio. Fue mandada erigir en el Camino Real de Toledo a Sevilla, de ahí su nombre, por el Rey de Castilla y León, Alfonso X, terminándose en 1328 con Alfonso XI.

La Cerca tenía más bien un carácter simbólico y diferenciador del núcleo urbano de Realengo frente al entorno rural de las Órdenes Militares y sus señoríos más que de marcado carácter defensivo. De forma ovalada, estaba construida parte en piedra y parte en tapial. Constaba de 130 torres, aunque muchas de las así denominadas serían más bien contrafuertes y estaba atravesada por siete puertas, siendo las más importantes la de Toledo, la de Calatrava, la de La Mata, la de Granada y la de Alarcos.

La Cerca y sus puertas sufrieron como otras muchas ciudades españolas las consecuencias de un desarrollo urbano insensible a la destrucción del patrimonio histórico. A mediados del siglo XIX comenzó su despiece para utilizar las piedras en la construcción de nuevos edificios tales como el Casino, la Plaza de Toros o el rellenado de las lagunas Terreros, como ocurrió con las puertas de Calatrava y La Mata. A finales del mismo siglo el Ministerio de Hacienda pone en venta varios sectores de las murallas. El último tramo en ser derribado lo fue en los años 60 del siglo XX correspondiéndose con el tramo entre la Puerta de Toledo y el antiguo Cuartel de artillería. En la actualidad, de toda la Cerca y sus puertas sólo se ha conservado la Puerta de Toledo un lienzo de muralla de unos 40 metros con una torre, en el sur de la Cerca, en la zona correspondiente a la ubicación de las puertas de La Mata y de Granada.

La restauración

La restauración integral de este monumento y su entorno conllevó dos bloques de actuaciones. Por un lado, la recuperación de la propia Puerta de Toledo que, como monumento civil más emblemático de Ciudad Real, estaba necesitado de una obra urgente de restauración. Los problemas de humedades y degradación de la piedra, así como los efectos nocivos del tráfico rodado que la circunda motivaban la necesidad de acometer una restauración integral de la misma. Por otro, la recuperación del entorno de la puerta, reordenando la circulación rodada hacia una nueva rotonda e incorporando el monumento a la ciudad mediante una gran área peatonal que conectara dicho espacio con la zona de la Plaza de España.

El ámbito total de la actuación abarcó una superficie de aproximadamente 23.600 m2 que se extiende desde la Puerta de Toledo hasta la propia Plaza de España.

El coste total de la intervención asciendió a la cantidad  de 2.187.902 euros, de los cuales la Fundación Montemadrid aportó la suma de 719.018, coste estimado de la restauración de la puerta. La cantidad restante, 1.468.884 euros, necesaria para la reordenación del tráfico y la adecuación de entorno del monumento, fue aportada por el Ayuntamiento de Ciudad Real.

De modo análogo a como estuvo distribuida la financiación de toda la intervención, la gestión del proyecto de restauración monumental se llevó a cabo directamente por la Fundación Montemadrid, correspondiendo la gestión directa del proyecto de reordenación del tráfico y adecuación del entorno del monumento a la Concejalía de Arquitectura, Obras y Mantenimiento del Ayuntamiento de Ciudad Real.

El Plan de comunicación y difusión diseñado por la Fundación Montemadrid como parte del proyecto contemplaba una exposición in situ al aire libre que informa a la ciudadanía sobre el contenido del proyecto, la habitual difusión de los valores del monumento y del proceso de la restauración a través de la página web de la Fundación Montemadrid, y la instalación en la puerta o su entorno, una vez restaurada y logrado el acceso peatonal hacia la misma, de un espacio expositivo que permita al público su mejor conocimiento y disfrute.