Patrimonio: Real Colegiata de San Isidoro (León)


Área: Cultura

Están en marcha las obras de rehabilitación del nuevo museo de San Isidoro de León. La Fundación Montemadrid y el Cabildo de la Real Colegiata de San Isidoro de León mantienen un convenio para reformar y modernizar el “Museo de la Colegiata”, y desarrollar un plan de gestión de todo el conjunto monumental.

Este convenio sienta las bases para realizar una reforma y adecuación integral del Museo de la Colegiata, así como resolver sus actuales problemas de accesibilidad, recorrido y tránsito, imagen, seguridad y conocimiento e interpretación de contenidos. El acuerdo incluye, además, la elaboración de un plan de gestión del museo, redactado desde la triple dimensión religiosa y cultural, social y económica de la Real Colegiata de San Isidoro.

El coste total para el desarrollo de este proyecto es de 2.500.000 de euros, de los cuales el Cabildo aporta 500.000 y la Fundación Montemadrid 2.000.000. Tanto la reforma integral del museo como la puesta en marcha del plan de gestión de este espacio serán diseñado y realizado por la Fundación Montemadrid, a través de su Departamento de Conservación del Patrimonio Histórico Español.

El nuevo proyecto, que amplía el espacio expositivo de 1. 200 m² a 3.200 m², se configura como un museo de arte sacro y de historia de la Colegiata y de las mentalidades que la han conformado a lo largo de los siglos. Podrán visitarse nuevos espacios como la escalera renacentista, el adarve de la muralla o las galerías altas del claustro procesional, además de piezas de incalculable valor no expuestas actualmente como el Pendón de San Isidoro o el ajuar funerario de la infanta doña María. Este plan museográfico se incluye dentro de un plan museológico más complejo que contempla aspectos como seguridad, investigación, gestión económica, comunicación y difusión.

Los criterios museográficos generales que se han aplicado en dicho plan se basan en las siguientes premisas: racionalidad en el diseño del museo en atención a su naturaleza y a las posibilidades económicas de la Colegiata; máximo respeto a las fábricas históricas del edificio, cumpliendo la normativa de accesibilidad, evacuación y seguridad; especial atención a las medidas de conservación preventiva de las piezas y la arquitectura, y, por último, la elección de un lenguaje museográfico formalmente austero.