Una Navidad que contamina

Aunque parecen inofensivas, esas luces navideñas de colores y formas, esos brillos que visten las calles en la oscuridad del invierno, esas figuras navideñas que reclaman la atención y el consumo, son responsables de un importante incremento de la contaminación en nuestro país.

El alumbrado navideño de las calles españolas para las próximas fiestas requerirá un consumo de 30 millones de kilovatios hora y emitirá 15.000 toneladas de CO2, según estima Ecologistas en Acción. Muy alejado de las políticas respetuosas con el medio ambiente.

Estas cifras, a juicio de la ONG, equivalen al gasto de electricidad de una ciudad de 100.000 habitantes durante un mes y, «todo ello, con el objetivo de fomentar el consumismo».

La organización considera que el plan de alumbrado navideño de una parte importante de las ciudades españolas supone:

Un despilfarro social y ecológicamente inaceptable… lejos del supuesto espíritu navideño, intenta reflotar la cultura del consumismo para que las grandes superficies puedan continuar haciendo caja.

«Eso sí», añade, «para intentar salvar la cara de lo políticamente correcto, las lámparas que utilizarán los ayuntamientos son de bajo consumo».