Supongo que ya has oído hablar alguna vez del telescopio espacial Hubble. Lleva en órbita desde que en 1990, cuando la NASA y la ESA, a bordo del transbordador espacial Discovery, lo mandaron al espacio.
Aunque los primeros años fue muy criticado porque la nitidez de las imágenes que emitía dejaban mucho que desear, se han realizado en él a lo largo de estos años varias intervenciones en las que se han actualizado sus espejos y mecanismos hasta convertirlos en uno de los instrumentos más útiles del mundo en el campo de la astronomía.
A él debemos atribuir las imágenes más espectaculares que tenemos de nuestro sistema solar, de lejísimas galaxias, estrellas etc. Y su legado se conoce también por las imágenes conocidas como el Campo Profundo y el Campo Ultraprofundo. Se trata de las imágenes de mayor sensibilidad obtenidas en la historia de la astronomía óptica, pequeñas regiones del cielo que revelan innumerables galaxias hasta los confines del universo.