Conocido es el deseo de vivir una vida sin ataduras, proclama de los más animados escritos sobre la libertad. Un derecho reconocido por éste y otros países a todo tipo de personas, sean hombres o mujeres, cristianos o musulmanes, altos o bajos, con o sin discapacidad.
En el caso de las personas con algún tipo de dependencia, aunque es cierto que cada vez existen más medios para su cuidado y atención, algunos de ellos, como el empleo generalizado de sujeciones físicas a personas mayores dependientes, entre ellas con Alzheimer, que viven en centros sanitarios y sociales, no son los «más adecuados», según la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA).
Dolores, lesiones en las zonas de contacto del dispositivo empleado, miedo, vergüenza o agresividad son algunas de las consecuencias, que según CEOMA, pueden provocar las sujeciones a corto plazo en los pacientes. Daños a los que se suman lesiones importantes cuando pretenden despojarse de las ataduras.
Por ello, desde esta organización han elaborado un modelo de consentimiento informado para la aplicación de sujeciones físicas, el cual está basado en la autonomía del paciente y en los derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica.
Con esta iniciativa, enmarcada en el programa ‘Desatar al Anciano y al Enfermo de Alzheimer‘, se pretende que los profesionales que atiendan a personas mayores dependientes en centros sociales y sanitarios usen este modelo con el que se garantiza, no sólo la correcta información, sino también el respeto a la persona, claves para una decisión autónoma fundada.