Las Escuelas Infantiles de la Fundación Montemadrid reciben el Premio Nacional de Discapacidad Reina Letizia

El proyecto “Educación sin barreras desde la cuna” de las Escuelas Infantiles de la Fundación Montemadrid ha sido galardonado con el Premio Nacional de Discapacidad Reina Letizia en la categoría “educación inclusiva”. Este proyecto, dirigido a la etapa de educación infantil de 0 a 6 años, se desarrolla de manera conjunta y coordinada en las cuatro Escuelas Infantiles Montemadrid: EI Adela Abrines, EI Alfredo López, EI Conde de Elda y EI Javier García Pita, concertadas y conveniadas con la Comunidad de Madrid.

Este proyecto pedagógico pionero en nuestro país busca el desarrollo integral de las capacidades del alumnado de nuestras cuatro escuelas infantiles, independientemente de sus características personales o sociales, al potenciar la inclusión en el marco de una educación y atención de calidad, personalizada y adaptada a las necesidades de todos nuestros alumnos y alumnas, entendidas, ambas, como un derecho para todos y todas. Su prioridad es que los centros se adapten a las necesidades y características de cada niño y niña, y no que los niños se adapten a los centros.

El origen de este modelo educativo se remonta a la década de los 70, cuando las Escuelas Infantiles Montemadrid ya se diferenciaban de otros centros al incorporar en sus aulas a niños y niñas en desventaja social o con diversidad funcional. Aunque entonces no se había definido ni desarrollado como ahora el concepto de inclusión, esta filosofía ha ido evolucionando en las escuelas de la Fundación y en sus diferentes centros, apoyándose en la idea de que la inclusión no solo es estar, sino aprender y participar.

“Estamos muy orgullosos de que el Real Patronato sobre Discapacidad haya premiado la labor de las Escuelas Infantiles de la Fundación Montemadrid y sus más de 40 años de innovación educativa. Este premio reconoce su compromiso con un modelo pedagógico pionero que, desde su origen, ha tenido la inclusión en su base para la eliminación de barreras sociales y educativas”, apunta Amaya de Miguel, directora general de la Fundación Montemadrid. “Este proyecto de educación está plenamente alineado con la labor educativa, social, cultural y medioambiental que desarrolla la Fundación Montemadrid y que tiene la Inclusión como un valor transversal fundamental tanto en sus líneas de acción, como en los programas de sus centros educativos, sociales y culturales”, añade.

Además de en las Escuelas Infantiles, en la Fundación Montemadrid trabajamos en favor de la inclusión en nuestros centros sociales y culturales, La Casa Encendida y la Casa San Cristóbal, en el barrio de San Cristóbal de Los Ángeles; y en nuestros espacios educativos, como el Ponce de León, con un modelo bilingüe en lengua oral- lengua de signos o el Centro de Formación Padre Piquer, todos ellos destinados a eliminar barreras sociales y fomentar valores como la solidaridad, el respeto y la aceptación de la diferencia.

Programas pioneros en educación inclusiva: aulas de apoyo a la integración, escolarización TGD y el programa de escolarización temprana en la Cañada Real

Durante el curso 2022/2023 las Escuelas Infantiles de la Fundación Montemadrid contaban con  893 alumnos y alumnas, 97 de ellos presentaban necesidades educativas especiales, lo que supone un 10,86% de atención de alumnado con necesidades educativas especiales (en adelante, ACNEES), frente a la media de 1,3% de atención de ACNEES y 2,8% de atención al alumnado con otras necesidades educativas específicas, en centros educativos en la etapa de educación infantil (estadística publicada en el curso 2021/2022,). Entre ellos, 69 alumnos y alumnas en el programa de apoyo a la integración y 28 dentro del programa de escolarización preferente con alumnos de TGD (Trastorno Generalizado del Desarrollo). Además, 25 niños y niñas de la Cañada Real Galiana se incorporaron a las Escuelas Infantiles Montemadrid a través de un programa de escolarización temprana, en colaboración con la Consejería de Educación y Cruz Roja.

40 años de innovación pedagógica y tres hitos en el proyecto pedagógico de las Escuelas Infantiles Montemadrid en su compromiso con la inclusión

Esta cultura inclusiva es el resultado de 40 años de innovación pedagógica desarrollada como resultado de adelantarse a las necesidades sociales educativas y ofrecer respuestas y soluciones a través de la especialización. Tres son los hitos que definen el proyecto de inclusión de nuestras escuelas infantiles que arrancó en 2008 con el programa “Apoyo a la integración”, en la que se introdujo la figura de maestro especialista en pedagogía terapéutica.

A partir de 2012, las Escuelas Infantiles de Fundación Montemadrid participan en un proyecto para favorecer la inclusión del alumnado del asentamiento del Gallinero, que, a partir de 2018, se extiende también a la Cañada Real Galiana. Este proyecto implicó para las escuelas un nuevo reto, ya que supuso adaptarse a las características sociales y culturales de los niños y niñas y sus familias, ofreciendo una educación integral de calidad y manteniendo activo el compromiso con quienes socialmente más lo necesitan, apostando así por una de las vías más eficientes de compensación e inserción social: la educación.

Finalmente, en 2013, las Escuelas Infantiles Montemadrid se convierten en Centros Preferentes de Escolarización para niños y niñas con trastorno generalizado del desarrollo (TGD) en la Comunidad de Madrid, lo que supuso un cambio metodológico y un gran avance en favor de la inclusión.

El acompañamiento a las familias y el compromiso del equipo, señas de identidad

Una parte fundamental del modelo pedagógico de las Escuelas Infantiles Montemadrid es el trabajo con las familias, a las que se acoge, arropa y acompaña durante todo el proceso de crianza de sus hijos o hijas. Además, en las Escuelas Infantiles Montemadrid se proporciona metodología, espacios ricos en estímulos y experiencias y recursos materiales y humanos precisos para la accesibilidad cognitiva, física y sensorial con el fin, no solo de compensar las desigualdades y dificultades, sino de facilitar la comprensión de un mundo que cada uno de los alumnos y alumnas, debido a su corta edad, comienzan a descubrir.

Todo el equipo educativo y el resto de profesionales no docentes están totalmente comprometidos con el proyecto, siendo la formación continua del personal un factor fundamental para asumir los desafíos característicos de una educación inclusiva.