Hasta ahora, ha habido multitud de profesionales que han desarrollado su oficio de forma competente, pero la falta de una titulación oficial que acredite su capacidad les impedía acceder a cursos para titulados, continuar con sus estudios o demostrar su cualificación de forma oficial.
Desde hace unos meses, el Ministerio de Educación puso en marcha una iniciativa (extendida ya en otros países europeos como Francia o Inglaterra) que reconoce la experiencia profesional como formación y servirá para obtener un título o para acceder a un sistema de evaluación que desemboque en la acreditación formal.
Se prevé que desde principios del presente año sean cerca de 50.000 personas las que reciban la acreditación de Educación, aunque, según ha explicado el titular de esta cartera, Ángel Gabilondo, el objetivo es llegar a 100.000 acreditaciones para el final del ejercicio.
Como ya os contamos en este post, las primeras acreditaciones se otorgarán en ámbitos relacionados con la educación infantil y la asistencia a personas dependientes y, aunque ayudará a los profesionales a oficializar su competencia profesional, desde el Ministerio de Educación se subraya la importancia de matizar que “titulación y acreditación no significan exactamente lo mismo” y por tanto “habrá que establecer qué complementos formativos se necesitan para obtener cada título”.
Los candidatos a obtener esta acreditación deben ser trabajadores mayores de 18 años, de nacionalidad española o con un permiso legal de trabajo y residencia en un país de la Unión Europea. Se debe acreditar también una experiencia laboral de al menos tres años de trabajo a tiempo completo en el campo profesional en el que solicitan el reconocimiento.