Desde el pasado 8 de marzo ya es oficial: El Parlamento Europeo ha dado luz verde a la “Tasa Robin Hood”, promvoida por la Alianza (Intermon Oxfam, Ayuda en Acción, Save de Children, Plan, entre otros) en la cruzada por aplicar un impuesto a las transacciones que realizan las entidades financieras, con la que podría combatirse la pobreza en todo el mundo. “Objetivo Robin Hood: que no paguen los de siempre».
Si se aplica la tasa, ¿Qué se conseguiría?
La tasa, un 0,05% sobre la transacción, sólo se aplicaría sobre las operaciones financieras no minoristas, como intercambio de acciones, bonos, operaciones en divisas o de materias primas, tanto en mercados organizados como en operaciones extrabursátiles.
En Europa más de 300.000 millones de euros serían los que se recaudarían anualmente con su aplicación. Si a esos 300.000 millones de euros le sumamos 650.000 millones de dólares a nivel mundial, se ayudaría a que se redujeran considerablemente las diferencias sociales y los efectos del cambio climático, además de cumplirse los compromisos adquiridos en el año 2000 por 189 países, los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Todo ello sin que los costes recayesen sobre los ciudadanos. Además, el Parlamento Europeo añade que esta tasa ayudaría a mejorar el funcionamiento de los mercados al reducir la especulación y contribuiría a financiar bienes públicos mundiales y a reducir los déficits públicos.
Con la aprobación de esta tasa, el Parlamento ha solicitado a los dirigentes del G20 que aceleren las negociaciones para llegar a un acuerdo de mínimos sobre este impuesto a nivel mundial, y que fijen orientaciones sobre el destino de estas diferentes modalidades de imposición, que podrían destinarse a apoyar el desarrollo sostenible.