Y el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) sigue siendo noticia, en esta ocasión relacionando inmigración y discapacidad. Pues sí, la inmigración es un tema en el que hay exclusión, pero si a este añadimos el tema de la discapacidad la cosa se pone peor.
Por este motivo, el Cermi ha pedido a la secretaria de Estado de Inmigración y Emigración, Anna Terrón, que las políticas oficiales relacionadas con la inmigración incorporen la perspectiva de la discapacidad, ya que “de lo contrario los inmigrantes con discapacidad permanecerán doblemente excluidos”.
Resulta que en una reunión mantenida con la secretaria de Estado, el presidente del Cermi, Luis Cayo Pérez Bueno, expuso la realidad de las personas inmigrantes con discapacidad, a su juicio muy poco conocida. Y tanto o, mejor dicho, tan poco.
Pero hay datos. Según un estudio realizado por el Cermi en 2008, el acceso de estas personas a los recursos y apoyos es muy problemático, por lo que su inclusión social es especialmente difícil.
En este sentido, el comité se ha interesado por cómo queda la discapacidad en el reglamento de desarrollo de la Ley de Extranjería tras su reforma de 2009, que el Gobierno tiene intención de aprobar en breve. Y es que, en la modificación legal de 2009, a instancias del Cermi, se introdujeron diversas medidas favorables a la discapacidad en temas como la reagrupación familiar o la atención integral a los niños y niñas extranjeros con discapacidad, “que deben plasmarse bien en el desarrollo reglamentario que prepara el Gobierno”.
Sin embargo, a juicio del comité:
“La situación de multiexclusión que padecen las personas inmigrantes con discapacidad ha de llevar a políticas reforzadas de apoyo, que no pueden ser aisladas o unilaterales, sino que han de considerar a la persona como un todo”.
Estoy totalmente de acuerdo. La exclusión ha de acabarse para las personas con discapacidad que son inmigrantes. Faltaría más.