
La situación que viven muchas familias a día de hoy en Filipinas es de total emergencia. Pablo llegó a la ciudad de Baganda, situada en Davao Oriental, a primera hora del pasado 4 de diciembre, llevándose por delante todo tipo de infraestructuras. Pero, sin duda, lo peor ha sido la pérdida de personas. Irreemplazables. El dolor ensombrece hoy el país filipino.
Desaparecidos, fallecidos y enormes pérdidas económicas son el reflejo de lo que este tifón ha significado para la población de la zona afectada.
Con vientos sostenidos de 175 kilómetros por hora y ráfagas de 210 kilómetros, el conocido internacionalmente como Bopha se sumó a la media de 20 tifones que cada año visitan Filipinas, cobrándose la vida de muchos sin darles tiempo a reaccionar o defenderse. De hecho, el pasado 2011, el tifón ‘Washi’ en Mindanao fue el responsable de que perdieran la vida 1.500 personas.
La ONG Acción contra el Hambre ha decidido viajar lo antes posible a la zona afectada para mostrar su apoyo y trabajar para que los habitantes vuelvan a retomar su día a día cuanto antes. Por lo general, se trata de una población cuyo principal medio de vida es el cultivo de cocoteros o la pesca, actividades que se ha visto muy perjudicadas por este desastre natural.
De hecho, pese a la frecuencia de estas catástrofes en el país filipino, situado como el segundo del mundo que más las sufre, éste ha sido el que mayor impacto ha tenido en la provincia. Ha sido, de todos los ya conocidos, el que peores consecuencias ha tenido.
Este primer apoyo enviado por la institución mencionada está compuesto por un logista, un nutricionista, un técnico de agua y saneamiento, dos técnicos de seguridad alimentaria, una psicóloga y un administrador. Todos ellos, se han trasladado allí para realizar una primera y rápida evaluación de las necesidades en Surigao del Sur, uno de los lugares más afectados por Pablo. Una de ellas, Sofía, ha explicado la situación que se han encontrado allí:
Hemos hablado con muchas mujeres, niños y hombres que se han quedado sin hogar y sin su medio de vida: están concentrados en gimnasios, escuelas o iglesias, con un precario acceso al agua. La gente está asustada, desorientada, triste y las condiciones en las que están viviendo estas primeras horas no hacen sino agravar esta presión
Desde el año 2000, Acción contra el Hambre, organización humanitaria internacional e independiente que lucha contra la desnutrición infantil y garantiza medios de vida para las poblaciones más vulnerables, lleva a cabo proyectos de nutrición, agua, saneamiento e higiene, seguridad alimentaria, prevención de desastres naturales y respuesta ante emergencias.
Actualmente, el equipo está formado por más de 90 personas, que intervienen en más de 45 países, lo que supone un apoyo directo a más de siete millones de personas.
Como ésta, son muchas las fundaciones, entre otros colectivos, que se esfuerzan por lograr un mundo mejor, donde la igualdad de oportunidades y medios de vida destrone a la pobreza de todos y cada uno de los rincones que la padecen a nivel mundial. No es una tarea fácil, pero ¿quién dice que sea imposible?