El blog, tu C.V.

Terminamos el blog anterior con la frase: en definitiva, un blog nos permite aumentar las opciones de ser contratado.

Hoy continuamos con el tema, el blog, tu C.V., quiero que veas las diferencias.

Un blog no es lo mismo que un CV (por lo menos en el sentido más estricto de la palabra). Con éste último cuentas (o mejor dicho enumeras) lo que has hecho durante tu trayectoria profesional, mientras que con el blog muestras lo que haces y demuestras tus conocimientos, lo que incide directamente sobre tu marca personal.

Un CV tradicional es estático (no puedes interactuar con los que lo ven), mientras que un blog es dinámico, puesto que no te limitas a ‘apuntar’ tus conocimientos, sino que existe la posibilidad de subir información fresca de manera constante. E incluso es posible establecer la comunicación desde el primer momento, y la interacción entre ambas partes es real.

CV y Blog se diferencian por la extensión de su contenido. Mientras que un CV no debe sobrepasar la página o dos páginas a lo sumo, en un Blog la información es mucho más extensa.

Un CV puede ser leído únicamente en caso de ser enviado a un reclutador, mientras que un blog está siempre ahí, y puede ser localizado en cualquier momento, por un reclutador activo.

Por tanto, el Blog-CV surge de la conexión entre un Blog y un CV, permitiendo coger lo mejor de ambos y posibilitando mediante la tecnología, el poder crear nuestra propia marca, mantenerla, difundirla y promocionarla de una forma impensable hasta hace unos pocos años. Por ello debe tener elementos dinámicos que permitan hacer que nuestra marca sea vistosa y atractiva, y provoque en el que lo vea (reclutadores) un sentimiento de ‘engagement’ o vínculo que le empuje a ponerse en contacto con nosotros.

Escaparate que hay que saber decorar, ¿para para qué negarlo? Es posible que el blog hable mal de ti si no lo cuidas con esmero