Queda muy poco para que definitivamente entre en vigor el Tratado sobre el Comercio de Armas. Lo hará 90 días después de haber sido ratificado por 50 naciones el pasado 25 de septiembre en la sede de Naciones Unidas de Nueva York. Sin duda, se trata de una gran noticia, porque además una de las naciones que se ha comprometido a una regulación mundial del comercio de armas es Estados Unidos, el país exportador de armas más grande del mundo.
Recordamos este dato porque estamos en la Semana del Desarme, una conmemoración creada por la ONU para que todos los estados se paren a reflexionar sobre el peligro que representa la carrera armamentística, propagar la necesidad de que cese y hacer que todos los ciudadanos entendamos la urgencia de las tareas de desarme.
En concreto, el Tratado sobre el Comercio de Armas prohíbe a los estados transferir armas convencionales a países en los que sepan que esas armas se utilizarán para cometer o facilitar actos de genocidio, crímenes contra la humanidad o crímenes de guerra. Nosotros, ya te lo contamos en su día en este post.

En los últimos días, el desarme está de nuevo en el primer plano de la actualidad, ya que recientemente la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas ha sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz. Y justo la pasada semana Siria ha pasado a engrosar la lista de los 190 países del mundo contrarios a las armas químicas, después de que el pasado lunes entrara en vigor en aquel país la Convención para la Prohibición de las Armas Químicas.
Sobre esta cuestión, el secretario general de Amnistía Internacional, Salil Shetty, ha comentado que:
El reciente acuerdo de Siria ha sido, por supuesto, un avance en los esfuerzos por sacar las armas químicas del campo de batalla, pero no podemos perder de vista la magnitud de la crisis de derechos humanos del país
Datos que matan
Tal y como cuentan desde Amnistía Internacional, al menos 500.000 personas mueren cada año por término medio y varios millones más sufren desplazamientos y abusos a causa del conflicto y la violencia armada.
La misma organización maneja datos como que entre 1989 y 2010, un total de 131 conflictos armados causaron, al menos, 250.000 muertes anuales. Además, los conflictos armados se cobran indirectamente un número de víctimas aún mayor. Las pruebas aportadas por estudios epidemiológicos apuntan a que, entre 2004 y 2007, los conflictos armados causaron al menos 200.000 muertes indirectas cada año.
Al margen de los conflictos, se calcula que cada año se cometen 300.000 homicidios con armas de fuego y alrededor del 60 por ciento de las violaciones de derechos humanos documentadas por Amnistía Internacional comportaron el uso de armas pequeñas y ligeras.