La realidad de la prostitución en España a través de un cómic

Portada del cómic 'Esclavas
Foto: Edicions De Ponent

Dos de cada cinco hombres en nuestro país (el 39%) ha solicitado alguna vez los servicios sexuales de una persona en situación de prostitución. Esta es una de las realidades de nuestro país que se denuncia en el cómic ‘Esclavas’, que acaba de ver la luz.

En la presentación de esta obra, la vocal de Género y Derechos Humanos de Médicos del Mundo España, Beatriz Sagrado Roberto, ha recordado otros datos de Eurostat y la Fundación Scelles que dan idea de la dimensión de esta lacra social y que inspiran la obra.

Entre ellos destaca que el 21% de los varones acude habitualmente a la prostitución; que España mueve 50 millones de euros al día en ello y que nuestro país es el primero a nivel europeo que más economía genera, con 18.000 millones de euros al año frente a los 30.000 millones que se producen a nivel comunitario.

Es más, cada mujer traída a un local de alterne a España genera 8.400 euros, a los que habría que añadir otros gastos para su supervivencia cotidiana. Por ello, la representante de Médicos del Mundo destaca que ‘Esclavas’ es ‘una herramienta de denuncia y crítica social’ frente a ‘una práctica de violencia y discriminación especialmente hacia las mujeres y niñas’ como es la prostitución, que vulnera los derechos humanos. Así, afirma:

No es una elección, sino una estrategia de supervivencia

Los autores del cómic, Alicia Palmer, colaboradora de la ONG, y el ilustrador Bosco Rey-Stolle aseguran que la obra está planteada desde el enfoque de la demanda masculina de cuerpos de mujeres, algo que se suele pasar por alto cuando se habla de prostitución.

Alicia Palmer considera que la prostitución ‘no es una opción de ocio’ y, en esta línea, Bosco Rey-Stolle añade que:

La gente dice prostitutas, pero son esclavas. Si utilizásemos ese nombre la gente dejaría de consumir este tipo de servicios

El libro, planteado a través de las historias de diez clientes y cinco mujeres prostituidas, se enfoca con numerosas metáforas y ‘de forma amable para que el lector se pueda identificar con los protagonistas’.

De hecho, las viñetas que representan a las mujeres son en blanco y negro, para provocar en el lector una sensación de tristeza, mientras que las de los clientes están coloreadas, simbolizando que cualquier tipo de hombre puede ser usuario de esta forma de esclavitud.