
Ya os hemos hablado en otros post como éste de la Alianza Española de Enfermedades Neurodegenerativas (Neuroalianza), que se constituyó en el año 2012 para defender los derechos e intereses de las personas con enfermedades neurodegenerativas y sus familias.
La Neuroalianza, que representa a más de 1.150.000 personas y de la que forman parte instituciones como la Confederación Española de Asociaciones de Familiares de Personas con Alzheimer (Ceafa) o la Federación Española de Parkinson (FEP), celebró recientemente una jornada en Valencia para ofrecer información actualizada sobre la realidad de las enfermedades neurodegenerativas en España y su abordaje tanto desde el punto de vista social como investigador.
Una de las conclusiones principales que dejó este encuentro es que, según los expertos, las personas que desarrollen enfermedades neurodegenerativas –de las que Alzheimer y Parkinson son las dos que tienen mayor incidencia en nuestro país-, aumentarán en más de un 10% en 2017.
Esta cifra supone que en tan solo tres años van a aumentar en 120.000 las personas afectadas por alguna enfermedad neurodegenerativa, lo que va a convertir a este grupo de patologías en el de mayor prevalencia en nuestro país.
Además, en la jornada se debatió sobre las prioridades estratégicas a todos los niveles, tanto social, como sanitario, como de investigación. Asimismo, el encuentro sirvió también para analizar el encaje de las enfermedades neurodegenerativas en los sistemas de protección social.
A este respecto se refirió el coordinador científico de la Estrategia Nacional de Enfermedades Neurodegenerativas del Sistema Nacional de Salud (SNS), Jorge Matías-Guiu, quien lamentó que el deterioro cognitivo, los problemas de memoria, sensitivos, de lenguaje o de coordinación no se contemplen como un problema social, puesto que esto lleva aparejado un desentendimiento por parte de la sociedad, que no los asume como propios.
Esto provoca, además, que se produzcan dificultades para las personas que han desarrollado enfermedades neurodegenerativas, sus familiares y cuidadores, en forma de barreras económicas, laborales, jurídicas y personales.
Por último Jorge Matías-Guiu subrayó la necesidad de desarrollar una Estrategia Nacional de Enfermedades Neurodegenerativas que permita una mejor atención para todas las personas en todo el proceso de la enfermedad, esto es, desde el diagnóstico hasta las fases finales y que potencie la formación e investigación en estas patologías.