El jueves pasado, 12 de agosto de 2010, ha tenido lugar en Washington una cumbre promovida por la Cruz Roja estadounidense centrada en qué incidencia comienzan a tener los medios sociales en la información sobre emergencias. En concreto se ha titulado 2010 Emergency Social Data Summit (Cumbre de Datos Sociales en Emergencias).
En esta conferencia, con una importante participación, se ha debatido sobre la información que aparecen en los medios sociales en las emergencias, y también sobre cómo desarrollar un plan para abordar el potencial que dichos medios suponen.
¿Puede un tweet ayudar a salvar una vida? Pues lo cierto es que ya lo ha hecho. En Atlanta un hombre que encontró a una mujer inconsciente en la calle y que no tenía apenas batería en su móvil como para mantenerse a la espera de que le atendieran en el 911 (equivalente allí a nuestro 112), envió un mensaje por twitter: «Se necesita un paramédico en la esquina de … Mujer inconsciente en el suelo, porfavor ReTweet». Al instante una buena cantidad de seguidores se hicieron eco de su mensaje y varias personas llamaron al 911 para informar a los servicios de emergencia, que actuaron y salvaron a la mujer. Todo gracias a ese tweet y la colaboración de numerosos twitteros.
El caso es que a parte de utilizar esta red de microbloging para comentar alegremente qué te está pasando, también hay cada vez más personas que le intuye posibles usos interesantes en casos de emergencias.
En el encuentro del pasado jueves fue muy comentado el estudio realizado previamente por la Cruz Roja americana sobre el uso de medios sociales en situaciones de emergencia. Hay un montón de referencias en el blog que hay sobre el tema (en inglés). Asistieron más de 150 personas entre las que destacaron Macon Phillips, Asistente Especial del Presidente y Director de Nuevos Medios en la Casa Blanca y Craig Fugate, administrador el FEMA, entre otros especialistas del gobierno, medios de comunicación social, respuesta a emergencias y asociaciones sin ánimo de lucro,
En el estudio mencionado destacan conclusiones como que una de cada cinco personas que, necesitando ayuda, no lograra ser atendida telefónicamente trataría de hacerlo a través de algún medio digital (correo electrónico, webs, medios sociales…).
Entre los usuarios habituales de Internet, si conocieran que alguien necesita ayuda, el 44 % recurriría a los contactos de sus red social, el 35 % pedirían ayuda directa en la página de Facebook de alguna agencia de respuesta a emergencias, y el 28 % les enviaría a alguna de estas agencias un mensaje directo de Twitter.
Y es que, como comentaba Phillips, «una persona puede hacer una fotografía, puede enviar un mensaje… y nuestra comprensión de la situación cambia de inmediato». La gente siempre ha querido ayudar, y los medios sociales también pueden ser una herramienta para hacerlo en las emergencias.
En catástrofes como el terremoto de Haití ya se ha demostrado su potencial: Ushahidi, es tan solo una pequeña muestra de cómo la tecnología puede ayudar en estas situaciones.
Pero el objetivo de quienes han promovido esta cumbre está más vinculado a encontrar fórmulas para potenciar la participación ciudadana a través de estos medios, no tanto como víctimas, sino como parte de la solución. Para ello, sin duda, es importante que quienes manejan la información sepan actuar sobre ella de forma oportuna. Pero está claro que en general los primeros en responder durante un desastre no son los bien formados profesionales sino los espectadores fortuitos. El enorme potencial de los medios de comunicación social debe desarrollarse, quizás, en cómo aprovechar este hecho para convertir a estos espectadores en salvadores.