Un aumento de las temperaturas, una disminución de las lluvias, alteraciones en los ecosistemas y aumento de plagas o más contaminación en el aire. Son algunas de las consecuencias que para el planeta y sus habitantes tiene el cambio climático. Pero ¿sabes que también podría repercutir en nuestra cocina y hábitos de alimentación?
Según explica la ONG Greenpeace, a los amantes del café les será cada vez más difícil obtener una dosis diaria de cafeína, ya que se prevé un aumento en su precio. Ante este futuro incierto, Starbucks ya ha planteado que el cambio climático es una amenaza seria para el grano de café arábica.
Pero aun hay más. Según un informe publicado por el Centro Internacional de Agricultura Tropical, el chocolate podría convertirse en un artículo de lujo, si los agricultores no se adaptan al aumento de las temperaturas en países como Ghana y Costa de Marfil, donde se cultiva la mayor parte del cacao del mundo.
Y ya os hablamos en este post de la alarmante disminución de la población mundial de abejas, un fenómeno que trae como consecuencia la disminución de la producción de miel y también la desaparición de muchos cultivos que estos animales se encargan de polinizar.
Por otra parte, la producción de caña de azúcar en Indonesia está en descenso y las previsiones apuntan a su disminución en hasta un 30%.
Tampoco se libran de los efectos del cambio climático alimentos como la trucha o el salmón, ya que el calentamiento del planeta no augura nada bueno para las especies que viven en corrientes frías. Así al menos lo asegura un estudio del Natural Resources Defense Council and Defenders of Wildlife, que afirma que es probable la disminución de estas especies entre un 18 y un 38% para 2090.
Además, los científicos de la Oficina Meteorológica Británica advierten de que Italia podría verse obligada a importar los ingredientes para elaborar su pasta, ya que el cambio climático hará imposible el cultivo de trigo duro en el país.
A la lista se suma Alemania, que podría experimentar una caída en la producción de sus famosas cervezas, derivada de la escasez de agua provocada por el cambio climático. Y lo mismo sucederá con el cultivo de vino y otros muchos alimentos que completarían esta extensa lista si no ponemos remedio al calentamiento global del planeta.