Los «vacíos legales» existentes en la legislación europea han permitido que una empresa de Huelva «sin licencia» se hiciera con 11.400 kilos de aletas de tiburón y las procesase ilegalmente con la intención de comercializarlas.
Las aletas, procedentes del puerto de Celeiro (Lugo), se encontraron en una nave de una empresa que las desecaba y preparaba para la exportación, pero que carecía de licencia de actividad, de registro sanitario, de calificación ambiental y de autorización sanitaria para realizar tareas relacionadas con la manipulación de productos para el consumo humano.
Así lo ha denunciada Oceana, que explica que la aletas incautadas corresponden a unos 7.600 tiburones y que señala que, de no haberse intervenido, «habrían acabado en los restaurantes de Hong Kong«. Lo increíble es que su valor en el mercado asciende a unos 136.800 euros.
El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) y los funcionarios del Servicio Andaluz de Salud y de Inspección Pesquera de la Junta de Andalucía en Huelva son los que han intervenido en una operación con la que han inmovilizado la mercancía.
El «aleteo» está prohibido en la Unión Europea y los pescadores europeos deben conservar a bordo todos los cuerpos y las aletas de tiburón pero, para Oceana, «el reglamento europeo es uno de los más laxos del mundo».
Según explica, existen derogaciones que permiten cortar las aletas a bordo y descargar aletas y cuerpos en puertos diferentes.