En esta era de información y comunicación audiovisual se puede decir que sobre el tema de la protección a la propiedad intelectual y sus aplicaciones prácticas están corriendo ríos de tinta, olas de ondas radiotelevisivas, y ráfagas de datos informáticos.
El reconocimiento de los derechos de autor está bien asentado en nuestra sociedad antes de que irrumpieran en nuestra vida las innovaciones tecnológicas. Pero la forma concreta por la que se está intentando regular este derecho de los autores no parece lograr integrarse con los derechos de los usuarios de estas nuevas tecnologías. La polémica lleva servida desde hace una década con la aparición del CD (y la inundación del mercado de copias piratas), y en la actualidad el punto de mira se centra en el Canon Digital.
En Europa ya son mayoría los países que aplican un canon en diferentes productos relacionados con la posible copia o reproducción de obras. Y numerosas son las afirmaciones contradictorias sobre las bondades y perjuicios de este canon. No obstante existe disparidad de criterio según cada país, prueba de ello son los intentos del comisario europeo del mercado interior para unificar las cantidades aplicadas y los productos afectados.
Tras la presentación el pasado jueves 21 en el Congreso de los Diputados una propuesta de la plataforma todos contra el canon, avalada con más de tres millones de firmas, queda claro que el problema no es el derecho de los creadores, sino el modo de garantizar que cobran lo justo por su trabajo sin perjudicar el acceso a las nuevas tecnologías y la cultura de todos los ciudadanos.
Frente al canon digital, lo que se propone es “que la compensación del derecho de copia privada se aplique directamente sobre la obra que lo genera y se pague en el momento de su adquisición”.
El tema de fondo: el modelo de negocio de la Industria de Contenidos. En una sociedad libre y moderna, debemos asumir qué tipos de negocio no pueden competir en el nuevo y cambiante escenario tecnológico. O qué sociedades dejan de tener sentido por los gastos que absorven del mercado por su autogestión.