La labor de un profesor acompañante en las Becas Erasmus+

Las becas FP Erasmus+, que concedemos anualmente con el apoyo de SEPIE, son una experiencia para cientos de estudiantes, pero también lo son para los profesores acompañantes que guían y apoyan  a los chavales durante su estancia europea.

Para conocer la labor de un profesor acompañante en las becas Erasmus+, hemos hablado con José María Ovejero, profesor del grado de FP de Cocina y Pastelería del CIFP Simón Ortega, que forma parte del Consorcio educativo liderado por Fundación Montemadrid.

¿Cómo surge la posibilidad de ejercer como profesor acompañante en los programas de las becas Erasmus+? Desde que estoy en la escuela CIFP Simone Ortega, la persona encargada de las movilidades en el extranjero informa cada año de las que se van a realizar y siempre pide colaboración del profesorado.

¿Te atrajo desde el primer momento? ¿Qué dudas o preocupaciones te surgieron cuando valoraste la posibilidad? Desde el primer momento me vi con ganas de vivir la experiencia con los alumnos sean de mi especialidad o de otras especialidades. Mi nivel de inglés era el que me hacía dudar un poco más de mis posibilidades de ser profesor acompañante, pero con un poco de valentía lo hice y muy contento hasta ahora.

¿En qué destinos has estado? Praga fue mi primera experiencia y no la olvidaré nunca. En este viaje no fui con ningún alumno de mi especialidad, pero fue genial. Todos realizaron sus prácticas con un grado de satisfacción muy alto, aún teniendo algún problema con los pisos alquilados, que pudimos subsanar antes que volviera a Madrid.

La segunda fue en Poznan, una ciudad de Polonia, y por supuesto me animé a seguir después de vivir la gran experiencia de Praga. En esa ocasión si iba algún alumno de mi especialidad, y todos estuvieron muy bien tanto en la residencia, como en sus puestos de prácticas en las empresas.

¿Cómo están y cómo se sienten los chavales en el momento en el que va a salir el avión y son conscientes de que arranca la aventura? Los alumnos están nerviosos un par de días antes. Especialmente durante el día de llegar a destino y el primer día de prácticas. Luego se normaliza todo y ven que son súper capaces para conseguir el objetivo de terminar las prácticas.

¿Cuál es el cambio que notas en ellos cuando regresan? Ellos quizá no lo vean tanto como los profes acompañantes, pero su nivel madurativo aumenta muchísimo y se les ve mucho más seguros de sí mismos. Es una experiencia de vida que ojalá hicieran todos.

¿De cuántos chavales te haces responsable cuando estás en destino? En el primer viaje fueron un total de 8. Además, entre ellos había un alumno sordo, pero iba acompañado por una intérprete LSE española.

¿Qué hace concretamente un profesor acompañante en los destinos Erasmus+ y como apoya a los becarios/becarias? Mi misión es hacer que los alumnos se sientan seguros tanto en el viaje de ida, así como los primeros días de estancia en los alojamientos y familiarizarse con los medios de transporte que hay en la ciudad, que vean cómo se llega a las empresas donde realizarán las prácticas y ayudarles con cualquier incidencia que puedan tener al principio. Es importante asesorarles para solucionarlas y que se vean capacitados para solucionar las futuras ellos solos.

¿Qué es lo más complicado y lo más gratificante de esta labor? Como complicado, la verdad, es que no he tenido algo de gran relevancia. Quizá, por decir algo, debes ponerte un poco serio con la intermediaria (empresa que gestiona la estancia y prácticas de los chicos) cuando no les dan las facilidades adecuadas. Solo pasó una vez y se solucionó rápidamente. Lo que sí que hay son muchísimas cosas gratificantes. El agradecimiento de los chicos, eso es increíble; la confianza que se genera con ellos cuando están fuera de casa. Para algunos es su primera vez en el extranjero. Puedo decir que he trabado amistad con alguno de ellos, aún siendo yo por edad casi un padre. Sobre todo es estupendo ver que les dejas en la ciudad con seguridad y confianza en ellos mismos, que no tenían al principio del viaje.

Hace unas semanas estuviste en Maribor, ¿hay un segundo libre para disfrute personal esos días? Debo decir que casi el 100% del tiempo lo pasamos juntos, visitando diferentes sitios de la ciudad, haciendo turismo, comiendo en restaurantes o entrando en sitios de interés; museos, exposiciones, miradores…

¿Nos cuentas alguna anécdota? Sí, os cantaría alguna, aunque hay algunas que como el fútbol: lo que pasa en el campo, se queda en el campo. En Praga les propuse entrar al Museo Judío de la ciudad, que es espectacular, y ellos vieron el precio de la entrada y me dijeron: «Chema, con lo que cuesta la entrada nos quedamos en una terraza comiendo y tomando alguna cerveza». Así que allí se quedaron todos y yo entré al museo. Dejaron solo al profesor acompañante… Jajajaja.

¿Qué les dirías a otros profesores que están valorando vivir esta experiencia?
Pues que es una gran experiencia, que no tiene nada que ver cuando nos vamos de viajes fin de curso porque estos chicos han pasado sus respectivas entrevistas y son responsables, por lo cual son obedientes en las directrices. De verdad que nuestro papel es fundamental, les ayudamos mucho, sobre todo para que se queden tranquilos. Y además, es una experiencia para nosotros también porque visitamos una ciudad que generalmente no conocemos y realizamos un trabajo que me parece imprescindible para que la estancia de los alumnos sea genial. Dicho esto, ánimo a tod@s, que se apunten y ¡que lo pasarán genial!