Para unos, la vida es un camino de rosas y espinas; para otros muchos, los años suponen el galope por un camino empedrado de horas, minutos y segundos, y no son pocos los que creen seguir un camino de baldosas amarillas. Muchos son los caminos: tortuosos, empedrados, adoquinados, anchos o asilvestrados; como muchas son las formas de ver nuestra experiencia vital.
Hablando de caminos, parece que si tuviéramos que preguntarle a Jesús Rodríguez cuál es el que mejor refleja su vida, a buen seguro diría: uno largo. Y es que este calahorrano de 71 años de edad suma más de 378.000 km recorridos encima de su bicicleta. Pensemos que la circunferencia de la tierra son aproximadamente unos 40.000 kilómetros y nos haremos una idea más clara de la distancia de la que hablamos.
Sin embargo, podríamos pensar que setenta décadas dan para mucho y que si uno se aplica, pues oye, tampoco es tanta la distancia que ha recorrido Jesús encima de su bicicleta. Pero el caso es que el contador del manillar se puso en marcha desde que este vecino de Calahorra ha accedido a su jubilación. Unos 21.000 km los que se pega este hombre cada año entre marchas cicloturistas de la zona, rutas hasta Logroño, Zaragoza o Estella y paseos por el Valle del Ocón o Enciso. ¡Eso es envejecimiento activo y lo demás son tonterías!
Un hobby, la bici, que no deja durante sus vacaciones en Salou, adonde también la lleva. Ni siquiera una caída hace tres años, en la que se rompió la cadera, le impidió continuar: en tan sólo un mes volvía a pedalear totalmente recuperado.
Y es que la jubilación de este mayor transcurre sobre ruedas. Montado en su bicicleta y cargado con el diario en el que anota minuciosamente cada distancia que recorre, Jesús disfruta haciendo lo que siempre ha querido gracias a su tenacidad y al apoyo de los suyos.