Los datos proporcionados por UNICEF dan escalofríos, en decenas de países del mundo, aún años después de la finalización de los conflictos armados, los pobladores civiles siguen muriendo o sufriendo lesiones diariamente debido al estallido de minas terrestres antipersonal u otra munición sin estallar.
Se calcula que solamente en el año 2007 alrededor de 5.426 personas murieron o sufrieron heridas debido al estallido de minas y otros artefactos explosivos abandonados por las fuerzas armadas, la estadística señala que un 60% de las bajas debidas a los restos explosivos de guerra fueron niños, de los cuales el 49% fueron varones y el 12% niñas.
Y es que de acuerdo al informe de UNICEF dado a conocer el Día Internacional de información sobre el peligro de las minas y de asistencia para las actividades relativas a las minas, los niños varones, son quienes corren mayor peligro, y constituyen más del 30% de las víctimas de las minas terrestres y los restos explosivos de guerra, que suelen confundir con juguetes.
Para agosto de 2008, 10 años después de que entrara en vigencia el Tratado sobre la prohibición de las minas terrestres, se calculaba que esos artefactos aún representaban una mortífera amenaza en más de 70 países. Más de 25 estados sufren también la amenaza latente de las bombas de dispersión y la munición sin estallar.
UNICEF señala en su informe que
“La eliminación de las minas terrestres y los restos explosivos de guerra, así como el aumento de la capacidad de los países para satisfacer las necesidades de las víctimas y ayudarles a reintegrarse en la sociedad, son condiciones imprescindibles para que los niños y niñas de los países afectados puedan disfrutar de un desarrollo pleno. Para lograr esos objetivos se requiere ayuda internacional y de los donantes a los países y organizaciones que trabajan para mitigar los daños causados por las minas terrestres y los restos explosivos de guerra”.