
Algunas familias que conviven con el Alzheimer lo tienen difícil para salir de vacaciones. Si bien, existen programas que dan la oportunidad, tanto a los afectados como sus cuidadores familiares, de disfrutar de un merecido descanso. Por ejemplo, en Castilla-La Mancha hay uno de estas características que, al parecer, tiene mucho éxito.
Impulsado por la Consejería de Salud y Bienestar Social de la Junta de Castilla-la Mancha, aporta una intervención dual: al enfermo y a la familia. Se les lleva a un destino de vacaciones, que puede ser playa o montaña, en donde se trabaja con ambos.
Los enfermos reciben rehabilitación y asistencia, mientras sus familiares disfrutan del tiempo libre, asisten a terapias de autoayuda, cursos de relajación y charlan con otras personas en su misma situación.
Esta semana se encuentran en la Sierra de Gredos un grupo de 80 familias castellano-manchegas. Se trata del segundo turno del programa, pensado para los enfermos más graves que no pueden desplazarse a largas distancias.
El primer turno se relizaó entre el 26 de mayo y el 25 de junio con destino playero: la Manga del Mar menor, en donde los participantes disfrutaron de 6 noches en pensión completa, con la atención de profesionales y especialistas.
La Consejería ha invertido este año más de 253.000 euros para financiar la estancia en los hoteles y el régimen de pensión completa, así como a los
especialistas y auxiliares que se encargan de los enfermos de Alzheimer durante esos días.
Los familiares, por su parte, tan solo deberán abonar 60 euros por persona, para la playa y 55 euros si eligen el destino de interior. Una buena iniciativa que les da unos días de respiro.