Caminamos por la senda de la vejez

Los últimos datos de la agencia europea de estadística, Eurostat, revelan que España será el tercer país de la Unión Europea de los 27 con la población más envejecida en 2050, pues más del 32% de sus ciudadanos superarán los 65 años en ese momento, el doble que ahora.
   
Las proyecciones sobre evolución de la población realizadas por el organismo europeo muestran un “notable” avance del envejecimiento de la población generalizado en Europa durante las próximas décadas. Si bien, hay diferencias entre países.

En la actualidad, en el conjunto de socios comunitarios, las personas con edades por encima de los 65 años suponen un 17,08% sobre la población total, cifra que pasará a un 28,81% en 2050.

   
Concretamente, siete países afrontarán un envejecimiento más acusado: Italia será el «más viejo» de Europa con un 32,62% de su población mayores de 65 años. Le seguirán, Eslovenia, con un 32,50%, y España, con un 32,11%.
   
Alemania, Polonia, Eslovaquia y Bulgaria superarán el 31%, mientras que la República Checa, Rumania y Portugal se situarán por encima del 30%. Otro grupo de cuatro países -Lituania, Letonia, Hungría y Malta- registrarán también cifras superiores a la media europea al contar con más de un 29% de población mayor.
   
Una docena de países de la UE tendrán menos problemas con el envejecimiento de su población ya que se situarán por debajo del promedio: Austria (28,17%) y Estonia (27,42%),  a escasa distancia de la media, mientras que las cifras ya bajan algo más en Finlandia (26,81%) y los Países Bajos (26,65%). Bélgica y Francia superarán el 25%, así como Suecia y Dinamarca estarán por encima del 24%.

Finalmente, los países donde la población mayor de 65 años tendrá el menor peso sobre la población total serán Irlanda (23,74%), Chipre (23,23%) y el Reino Unido (22,95%).

Que Europa envejece, no es una advertencia actual, es un proceso que se lleva gestando desde hace unos años, con consecuencias directas sobre los sistemas de pensiones y de sanidad. Las autoridades europeas han instado en múltiples ocasiones a los estados miembros a tomar medidas rápidas para prepararlos de frente a esa realidad. Hay que actuar ya, para evitar lamentaciones futuras.