
Aunque es imperial, algo que impresiona y parece imposible de doblegar, el águila que sobrevuela Doñana, ha pasado por años difíciles. Los expertos del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) pusieron en marcha hace dos años un plan que ha logrado frenar la mortalidad de esta especie en Doñana.
El plan de recuperación del águila imperial logró que la producción anual de pollos se triplicara en menos de tres años, pasando de una media de 3,5 a 10,5 anuales. Los científicos impulsaron este plan de recuperación, que termina en 2010, después de identificar un mecanismo que aceleraba la extinción de imperiales en Doñana, el águila más amenazada de Europa.
Tras los dos primeros años del proyecto, el CSIC asegura haber constatado que la mortalidad de la especie ha vuelto a valores normales, gracias a técnicas de radioseguimiento, localización de ejemplares y seguimiento genético con amplificación de ADN de plumas.
Esta mejora se ha conseguido gracias a la provisión sostenida de conejos vivos en los territorios, lo que ha disminuido las salidas de las águilas de Doñana, y a los planes para la erradicación del uso de venenos.
Durante los cuatro años de duración prevista del proyecto se pretende alcanzar de nuevo un mínimo de 10-12 parejas reproductoras y una producción sostenida de 9-14 pollos por año.