Siempre hay signos o indicios, o casi siempre, de que algo comienza a ir mal. Algunas enfermedades se asoman poco a poco y con síntomas confusos o demasiado habituales. En el caso del Parkinson, el dolor es uno de ellos.
Según una investigación publicada recientemente en la revista ‘Archives of neurology‘, las personas con Parkinson sufren un dolor mayor que aquellos que se encuentran libres de la enfermedad. Al parecer, el dolor surge con el comienzo de la enfermedad o poco después.
En el estudio llevado a cabo durante la investigación, fueron examinados 402 pacientes que tenían la enfermedad y a continuación comparados con los resultados de otras 317 personas que estaban sanas.
Según los resultados, muchas de las personas que sufrían de Parkinson presentaban además depresión y condiciones médicas asociadas con los síntomas de dolor, como diabetes y hernia de discos. Además, en la mayoría de las ocasiones, el tipo de dolor estaba relacionado con la distonía (alteración del tono fisiológico).