El valor de las nuevas tecnologías en la educación… aún por descubrir

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Flickr Creative Commons (Tanya Ryno)

Todos parecemos saber lo que suponen las “nuevas tecnologías” para facilitar el acceso a la cultura, la formación y la educación, pero todos admitimos también que la sociedad actual, la mejor formada y con más posibilidades en educación y cultura de toda la historia, no aprovecha las herramientas de que dispone, no es capaz de crecer en formación y lo que es todavía peor, no ha sido capaz de repartir por igual el acceso a la educación de calidad, a la formación básica y gratuita. La educación reglada es hoy obligatoria hasta los 16 años, pero no lo es el aprovechamiento de sus contenidos, cada alumno es libre de asumir o no la cultura que recibe, porque, simplemente, muchos no creen que esos contenidos le sirvan para ser más libre, más persona.

Falta motivación de los jóvenes ante la educación y la cultura, y las nuevas tecnologías las utilizan para usos ajenos a los que se diseñaron, algo lógico porque simplemente son herramientas que se pueden emplear para muchas acciones. Un martillo sirve para hacer una mesa o para golpear la cabeza de una persona. Lo malo no es la herramienta sino el uso que se hace de ella.
En el uso de las nuevas tecnologías estamos implicados padres, profesores, agentes sociales, autoridades y jóvenes. Cada uno tiene su responsabilidad, cada grupo de acción debe ejercer un trabajo importante para mejorar el acceso y para que el uso que se dé, sea el correcto. Pero sin poner cortapisas a la libertad de uso; no se conseguirá nunca que se emplee Internet como mecanismo cultural, prohibiendo su uso para otros menesteres.
Los padres debemos hacer lo posible para disponer en el hogar de las herramientas básicas de nuevas tecnologías, pero nada más que las básicas, controlando no tanto su acceso como el tamaño del mismo. No es lógico escuchar a jóvenes con gastos mensuales altísimos en teléfonos móviles ni conexiones de Internet con altas velocidades que solo tienen sentido para intercambiar archivos enormes. En un hogar, para recoger e-mail, visitar páginas normales, recoger PDFs e intercambiar archivos de texto entre compañeros, sirve una velocidad de 1 mega.
De acuerdo, estoy gagá, ya se que en Japón, nos dan mil vueltas. ¿Y?
Los padres debemos conocer para qué usan los hijos las herramientas que les entregamos. ¿Nos molestaría saber que por las tardes se dedican a  visitar otras viviendas en su ciudad en donde les enseñan malas artes?, pues es lógico que usted, como padre o madre, sepa qué lugares visitan sus hijos y para qué motivos. No se trata de prohibir, sino de saber y asumir su responsabilidad como padres y madres.

Los profesores deben hacer un esfuerzo mayor en utilizar las nuevas tecnologías. Dejar apuntes en su propio blog o página personal, mandar por e-mail a sus alumnos archivos con trabajo, responder consultas si se las hacen, interconectarse con sus alumnos, ampliar sus clases para aquellos alumnos más avanzados.
Los agentes sociales debemos exigir que el acceso de las nuevas tecnologías sea más justo, conseguir que la formación profesional, sobre todo en el grado medio, sea más profesional, con menos profesores de escuela y más de taller, con más motivación. Debemos exigir bibliotecas diferentes, crear nuevos usos a las nuevas tecnologías, dar sentido de intercambio a la cultura que los jóvenes crean.
Las autoridades deben prestar más apoyo económico a la educación, a la cultura y posibilitar que su acceso sea realmente mejor repartido. Ayudas para que sea posible que cada joven tenga acceso a los medios correctos, igual si vive en una gran ciudad como si vive en un pequeño pueblo.
Los jóvenes deben hacer valer la formación, la preparación personal, la información como valor importantísimo en la vida. Deben saber también rebelarse contra sus propios compañeros jóvenes que anulan trabajos educativos con sus pataletas o sus insidiosas críticas. Deben tener valor para convencerse de que la calidad del trabajo de su futuro, dependerá en gran medida de la formación educativa de los años de escuela.

Sólo si todos los que participamos de alguna manera en la educación, ponemos en valor las nuevas tecnologías, les quitamos el estigma de que no sirvan más que para jugar, seremos capaces de llenar de contenidos reales y correctos una herramienta maravillosa, pero mal utilizada.

Julio Puente Mateo http://sepuedevivirmejor.blogspot.com/