Las aguas subterráneas que alberga el planeta podrán contribuir a la lucha contra el cambio climático si se utilizan como almacenamiento de CO2, o al menos así lo asegura Juan José Durán, investigador del Instituto Geológico y Minero de España.
Este experto confía en que los recursos hídricos subterráneos «serán seguramente claves para superar los impactos del calentamiento global». En su opinión, las aguas que fluyen bajo la superficie terrestre «pueden servir como almacén de CO2», siempre que estén «bien gestionadas» y se empleen «con las debidas cautelas y garantías».
Para explicar la importancia de este recurso, Durán subraya que «casi la totalidad del agua dulce disponible en el planeta es subterránea». Alrededor del 97% del agua del planeta es salada.
Del 2,5% de agua dulce existente, el 70% está atrapada en forma de hielo bajo los casquetes polares. El 30% restante es subterránea «prácticamente en su totalidad». Los ríos que discurren por la superficie representan un porcentaje menor al 1%.
Durán señala que la utilización conjunta de estas aguas con las superficiales ha permitido superar periodos de sequía en España, y se muestra sorprendido de que «las hectáreas de regadío más productivas del país son las regadas con aguas subterráneas».
La intervención de este experto ha tenido lugar en unaa jornada científica sobre el Año Internacional del Planeta Tierra (2008) donde se abordarás además otras ponencias sobre medio ambiente, desde la sostenibilidad de los recursos minerales y energéticos hasta la amenaza del cambio climático.