El conflicto armado que sufre la región este de la República Democrática del Congo ha dejado a decenas de miles de personas en situación de extrema vulnerabilidad. Se calcula que desde el pasado mes de agosto más de 30.000 personas han huido del país y 250.000 se han visto forzadas a abandonar sus hogares y se encuentran desplazadas en la región congoleña de Kivu Norte.
Los refugiados están en alojamientos improvisados o siguen acogidos en casa de familias pobres, las cuales soportan con dificultad esta carga económica adicional. Necesitan, de forma urgente, alimentos, agua potable y medicamentos. Ésta es la voz de alarma dada por Cruz Roja, en cuanto a las necesidades más urgentes.
Por estos motivos, la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja ha solicitado más de 1,2 millones de euros con el objetivo de asistir a unos 60.000 refugiados congoleños en Burundi, Ruanda y Uganda durante los próximos seis meses. La Federación ya transfirió 270.000 dólares de su Fondo de Reserva para el Socorro en Casos de Desastre para financiar esta operación.
La comunidad internacional debe responder a la llamada ya, al igual que lo ha hecho elaborando medidas ante la actual crisis económica mundial.