
Acaba de publicarse el último informe de UNICEF bajo el título Estado Mundial de la Infancia 2009, y por el que aprendemos que las mujeres de los países menos adelantados del mundo tienen 300 veces más posibilidades de morir durante el parto o debido a complicaciones derivadas del embarazo que las mujeres de los países desarrollados.
Menuda cifra, pero desgraciadamente no es la única: los niños y niñas nacidos en un país en desarrollo tienen 14 veces más probabilidades de morir durante su primer mes de vida que un niño o niña nacido en un país industrializado.
La edición de 2009 de la principal publicación de UNICEF, subraya el vínculo que existe entre la supervivencia de las madres y de los recién nacidos, y sugiere intervenciones para superar la distancia que hay entre los países ricos y pobres.
Ann M. Veneman, Directora Ejecutiva de UNICEF, comenta:
“Todos los años, más de medio millón de mujeres mueren como resultado de complicaciones derivadas del embarazo o el parto, entre ellas 70.000 niñas y jóvenes de 15 a 19 años. Desde 1990, las complicaciones derivadas del embarazo y el parto han costado la vida de alrededor de 10 millones de mujeres”.
Tanto las madres como los recién nacidos son muy vulnerables durante los primeros días y semanas posteriores al nacimiento, un momento fundamental para realizar intervenciones vitales como organizar visitas posnatales, aplicar una higiene apropiada y prestar orientación sobre los síntomas de peligro relacionados con la salud materna y neonatal.
Aunque muchos países en desarrollo han logrado en los últimos años grandes progresos para mejorar la tasa de supervivencia infantil, los avances han sido inferiores en la reducción de la tasa de mortalidad materna.