Desgraciadamente, la lepra sigue ahí, no se ha extinguido. Y decimos esto porque ayer, día 25 de enero, fue el Día Mundial de esta enfermedad, y nos unimos a su causa.
Las cifras siguen siendo muy duras a pesar de que tiene cura: en 2007, la India registró más de la mitad de los casos nuevos en todo el mundo (137.685) y Brasil se quedó con el 93% de los casos de América. las regiones más afectadas del mundo registraron 258.133 nuevos casos en 2007, aunque la enfermedad es probable que sean muchos más de los que quedan registrados, sobre todo en Africa.
Además en nuestro país tampoco nos hemos librado de esta plaga: cada año entre 23 y 25 casos de lepra llaman a la puerta de algún hospital español, siendo casi siempre casos que llegan de Brasil o Ecuador.
¿Pudiendo curarse cuál es el problema? ¿por qué no se extingue? Por orgullo, por falta de concienciación. Me explico: desgraciadamente, para muchas muchas personas, tener esta enfermedad supone un «estigma», y pudiendo curarse, prefieren callar. Ocurre esto por ejemplo entre los descastados de la India.
Es terrible, porque todos los enfermos del mundo tienen asegurado el tratamiento adecuado y gratuito con la combinación de dos o tres medicamentos gracias a un acuerdo global entre la Organización Mundial de la Salud (OMS), el laboratorio Novartis y una fundación japonesa.
Lo único que hay que hacer para poder acceder al tratamiento es estar censado en su país de origen y éste comunicarlo a la OMS. Pues bien, aunque parezca mentira, los gobiernos no lo comunican por orgullo, porque no quieren parecer un país en subdesarrollo. Desde aquí nos unimos al trabajo de las ONG para que puedan cambiar esa mentalidad. El orgullo, la vergüenza en este caso, puede llevar a la muerte.