
Estudió filosofía y periodismo. Ejerció como periodista durante casi 30 años, trabajando como corresponsal de prensa en Londres, París y Lisboa. También trabajó como articulista, cronista político, entrevistador, editorialista, reportero del programa ‘En Portada‘ de TVE y subdirector del desaparecido diario Pueblo. Atraído desde siempre por la creación literaria, ha realizado guiones para radio y televisión y ha escrito novelas, poemarios y libros de viajes. El pasado 3 de noviembre en el auditorio del Espai Cultural Caja Madrid de Barcelona y como parte de las actividades paralelas programadas para la exposición Malaria, ofreció una charla en donde explicó su propia experiencia con la enfermedad. Aprovechamos su visita para hacerle estas preguntas.
¿Que le llevó a convertirse en un cronista de viajes?
La propia pasión por viajar y la pasión por escribir. Yo siempre he querido ser escritor y me acerque al periodismo porque pensaba que era una profesión que podría llevarme más directamente a la escritura y de hecho así fue. Luego por la propia dinámica del periodismo me empezaron a enviar fuera y enseguida empezó a gustarme viajar.
Viví en el extranjero 6 años y cuando regresé a España seguí viajando en calidad de enviado especial. Así que el viaje se convirtió en parte de mi vida y en un momento casi sin darme cuenta de una manera natural, comencé a hacer algunos libros de viajes y empezaron a tener mucha audiencia.
En su artículo “Viajar, leer y escribir” comenta que “la aventura es, sencillamente, asomarse a lo desconocido, poniendo en cuestión, por el mero hecho de dar el paso, todo cuanto sabes y todo lo que eres”, ¿recuerda si esta fue la sensación que motivó sus primeros viajes, lecturas o escrituras?
Esa es una reflexión posterior. Yo empecé a viajar por una cuestión de cierta casualidad y luego se convirtió realmente en una pasión. Viajar tiene mucho de imprevisible, mucho de aventura y esto lo hace muy parecido al hecho literario, ya que este consiste en asomarse a un territorio que desconoces para inventarlo, para imaginarlo, para crearlo.
¿Viaja para escribir o escribe para viajar?
Viajo para escribir. Sino escribo, no me interesa el viaje. A veces me preguntan: ¿Tu viajas por placer? Y yo digo: Mi placer es escribir.
¿Podría comentarnos cual es su método de trabajo, cuando se plantea un nuevo libro?
La propuesta nace siempre de una curiosidad literaria. Siempre viene de un libro que me ha apasionado o de un escritor que ha creado una historia en el espacio donde quiero ir. Por ejemplo “La Odisea” de Homero. A mi Grecia me ha interesado por sus escritores. En el libro “El corazón de Ulises” he ido a seguir un poco las huellas de estos escritores. Fui al río Congo por “El corazón de las tinieblas” de Joseph Conrad y “El río de la luz”, el último libro que acabo de sacar, lo hice siguiendo a Jack London.
¿Y al Amazonas?
Al Amazonas fui bajo “La Voragine” de Eustasio Rivera, un gran libro que leí hace muchos años. Una de las grandes obras de la literatura colombiana, latinoamericana y en castellano.
Y para acabar, ¿qué piensa sobre los posibles impactos negativos del turismo?
El turismo es un hecho social y cultural inevitable. Yo creo que el turismo es bueno en muchos aspectos. Uno fundamental es que lleva riqueza a los países pobres, también es interesante que la gente que viaja abre la cabeza y se hace más tolerante. También en la salvación del medioambiente el turismo es vital. Tenemos el caso de África, allí estarían extintas todas las especies sino no hubiera gente que va y da riqueza a esos países para ver los animales libres. Elementos negativos, pues no debe haber ninguno muy grave: ¿Que hay demasiada invasión del medio? Puede ser, pero tampoco pasa nada.