Un grupo de investigadores de la Escuela de Medicina de Yale ha publicado en la revista Journal of Neuroscience, que la hormona ‘grelina‘, producida en el estómago, puede utilizarse para reforzar la resistencia o ralentizar el desarrollo del Parkinson.
Al parecer, esta hormona no tiene sólo influencia sobre el apetito, sino que además es responsable de la activación directa de las células de dopamina en el cerebro.
Según estos investigadores, debido a que ésta se origina en el estómago y circula normalmente en el cuerpo, fácilmente se podría utilizar para reforzar la resistencia a Parkinson o podría ser utilizada para retrasar el desarrollo de la enfermedad.