“Cooperar no es donar los fármacos que nos sobran, sino los que se necesitan”

Foto: Farmamundi
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Un tercio de la población mundial, más de 2.000 millones de personas, no tiene acceso a medicamentos esenciales de calidad. El 75% de ellas vive en países en desarrollo donde únicamente se consume el 8% de las ventas mundiales de fármacos. Para cooperar o ayudar ante este problema, no hay que echar mano de lo que nos sobra sino tener en cuenta las necesidades de las personas que los necesitan. Pablo Rebaque, técnico de la Farmamundi Castilla-la Mancha, despeja algunos mitos sobre la donación de fármacos a países pobres en el marco de la campaña ‘Medicamentos que no curan’, que desarrolla la citada organización desde el pasado mes de junio.

En primer lugar, se desaconseja el envío de medicamentos devueltos a las farmacias ya que “es posible que fuera de la oficina se hayan manipulado o no se hayan conservado bien”,  por lo que no se puede garantizar su eficacia y seguridad. Al respecto, Rebaque subraya que:

 “Si en España no está permitido reutilizar los medicamentos devueltos, ¿cómo vamos a enviar a un país empobrecido lo que consideramos un residuo? Cooperar no es donar lo que nos sobre, sino lo que el receptor necesita”.

En este sentido, hay que tener en cuenta que las enfermedades propias de un país como España no son las mismas que las endémicas en países pobres (malaria, dengue, Chagas, la enfermedad del sueño…), por lo que los fármacos que se necesitan no son los mismos que nosotros usamos.

“Nadie devuelve medicamentos para el Chagas, la malaria o la enfermedad del sueño, porque aquí no los consumimos –subraya Rebaque-.  En Sudán, por ejemplo, en 1990 se recibió una donación que incluía líquido para lentes de contacto y estimulantes de apetito. Estos productos estaban destinados a una población hambrienta”.

Si bien, Rebaque reconoce que, aunque las donaciones de medicamentos no son la solución al problema de la falta de acceso a estos productos en los países pobres, en algunas ocasiones pueden suponer una ayuda, como, por ejemplo, ante la situación de emergencia que vive Haití tras el devastador terremoto que sufrió el pasado 12 de enero.

Foto: Farmamundi
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En estos casos, hay que saber cómo realizar donaciones adecuadas y éstas se deben hacer de acuerdo con las directrices de la Organización Mundial de la Salud (pincha aquí), entre ellas que se tengan en cuenta las demandas de los países de destino, garantizar su calidad y su conservación, así como estar bien envasados y etiquetados en un idioma que entiendan los profesionales de la salud de las zonas a las que se envíen.

En todo caso, el experto advierte de que los medicamentos sobrantes tampoco hay que tirarlos a la basura o al lavabo ya que son compuestos químicos que si se liberan en el medio ambiente pueden causar efectos nocivos al ecosistema y a nosotros mismos. Por ello, recomienda depositarlos en los puntos SIGRE, que se encuentran en las farmacias, para que sigan un proceso adecuado de destrucción.

Desde la campaña ‘Medicamentos que no curan’ también se trata de inculcar hábitos responsables en la sociedad por lo que se insta a la población a no hacer un consumo excesivo de fármacos, que sólo se utilicen los que se necesiten y no se acumulen excedentes en casa.