En nombre de la biodiversidad y por la conservación de la fauna, Australia se está planteando erradicar algunos animales como los búfalos, los cerdos o los camellos salvajes.
La causa del problema radica en que a lo largo de la historia se han ido introduciendo varias especies no nativas, motivo por el que el país se encuentra superpoblado de animales considerados peligrosos para sus ecosistemas.
Estos animales podrían ser eliminados para controlar el crecimiento anormal y estabilizar la fauna, garantizando de esta manera la biodiversidad. Por ello se están estudiando las estrategias más eficaces para adaptar el impacto financiero y poblacional en el medioambiente.
En la australina isla de Macquarie ya se vivió un antecedente cuando hace tiempo se erradicaron los gatos salvajes. En consecuencia se multiplicó por diez la población de conejos, haciendo que la situación costase cerca de 18 millones de euros para solucionar la inestabilidad en la fauna.