La crisis económica actual obliga a buscar soluciones alternativas basadas en la imaginación, los nuevos formatos, el aprovechamiento de los avances tecnológicos y la puesta en marcha de otras fórmulas de financiación distintas a las convencionales.
Un grupo de jubilados anticipados de RTVE y de parados de todos los ámbitos profesionales han retomado el espíritu cooperativista (por el que todos son productores en mayor o menor medida) de la España de finales de los 60 y los 70 para poder crear la que sin duda será la película española más barata del año, ‘WWW.’.
El largometraje, que está en la fase final de montaje, ha sido escrito y dirigido por Javier Díez Moro y nada tiene que envidiar a una gran producción. Con un presupuesto de 17.000 euros, entre rodaje y postproducción, se ha rodado en vídeo digital HD y post producido en PC; cuenta con 13 actores protagonistas, entre los que se encuentra la conocida actriz María Luisa San José, 60 personajes y más de 70 localizaciones en escenarios naturales.
‘WWW.’ es un drama coral que narra cómo la soledad reúne a un grupo de personas sin nada en común, salvo su condición de internautas. Una telaraña tejida a raíz de las investigaciones de un psicólogo sobre las adicciones en la Red. Una película dura, escabrosa, diferente, que recrea los peligros que oculta el anonimato en Internet, pero que pone de manifiesto que otro mundo es posible en los cauces de libertad que ofrece.
En ‘WWW.’ concurren diversas historias, acaecidas en distintos lugares del mundo, que poco a poco irán confluyendo hasta mezclarse parcial o totalmente. Entre quienes las protagonizan, unos viven su propia realidad, casi siempre reducida al universo paralelo que les proporciona Internet, buscando conocimiento, nuevas experiencias, amistad o amor, mientras que otros prefieren fantasear, convencidos de que el mundo virtual del ciberespacio es algo así como el nuevo hogar de la mente.
En suma, los espectadores tienen ante sí un cóctel hecho a base de sexo, soledad, suspense, violencia, miedo, para que puedan paladearlo como si ellos mismos formasen parte del gigantesco entramado de la Red…