La evolución… cada día aparecen nuevos inventos, nuevas herramientas, nuevas ideas, nuevos usos, o reinvenciones de todos ellos. Si la sociedad suele ir un paso por atrás de todos los avances que están a su disposición, la educación tiende a ser uno de los últimos ámbitos que se adapta o aprovecha todo lo nuevo. Ya sean teorías, ya sean herramientas pedagógicas, ya sean herramientas físicas.
Al menos es la sensación que muchos de nosotros tenemos. Para quienes tienen que encontrar la forma de explicar y dar a conocer a los más jóvenes los conocimientos necesarios para desarrollar su inteligencia y para encontrar cómo mejor desenvolverse por el mundo a veces resulta tan complicado que cuando encuentran un sistema que funciona medianamente, no quieren oír hablar de ningún otro método, cambio o novedad. También es posible que tanto cambio que hemos tenido en España y que no nos está llevando precisamente a una excelencia académica notable haya llenado a nuestros docentes de cierto recelo al cambio.
Desde que apareció el concepto web 2.0 han sido muchos los campos en los que se han buscado desarrollos y aplicaciones de este concepto. Y entre ellos destaca por la cantidad de aplicaciones e ideas, precisamente, la educación. eTwinning, EducaRed, universidad de padres, educación virtual, laboratorios virtuales de aprendizaje, wikisaber, YouTubeEdu, móviles para la educación… son sólo algunos ejemplos de cómo profesores y pedagogos intentan aportar al ámbito académico herramientas modernas y eficaces para aprender más y mejor.
La educación 2.0 tiene como esencia la misma que la web 2.0: el trabajo colaborativo y la creación de conocimiento social, todo ello con una fuerte componente de altruismo y de democratización.
Como afirman desde el blog de Educativa hace ya dos años (el tiempo 2.0 pasa volando…): «El aula es un medio idóneo para el concepto 2.0 puesto que en sí es una pequeña sociedad formada por los profesores y los propios alumnos». Y aún así no somos capaces de aprovechar el tremendo potencial de las herramientas 2.0 en la escuela y la universidad.
Se me ocurren dos reflexiones que podrían estar relacionadas con este progreso tan lento en el sistema educativo:
– Un profesor no puede enseñar lo que no conoce… y hay una parte importante que ve en las herramientas relacionadas con la informática un enemigo. O aunque no lo consideren un enemigo, les entra una pereza tremenda tener que ponerse al día.
– A un alumno no le sirve de nada tener las más potentes y sofisticadas herramientas de aprendizaje si no está motivado y cuenta con un carácter esforzado y proactivo. La tremenda crisis de valores en que nos hallamos inmersos (es tan tremenda que ni siquiera algunos son conscientes de ella) invalida cualquier esfuerzo que pueda hacer el profesor para mejorar el sistema.
Pero lo que está claro es que el que mejor vive (económicamente y emocionalmente) no suele ser el que mejores notas sacaba, sino quien mejor supo entender cómo funciona el mundo. Y formar a los futuros hombres y mujeres que vivirán, trabajarán y forjarán la sociedad del futuro pasa por interiorizar las nueva herramientas 2.0 (y las que vendrán), cada vez más tecnológicas y a la vez más sociales. Es urgente enseñar a cada alumno a estar en continuo aprendizaje y a valerse por sí mismo para saber aprovechar el caudal inagotable de los conocimientos nuevos en cualquier actividad. «No es un «reciclarse», es un aprendizaje que no termina nunca. Más importante que saber las respuestas a las preguntas es saber formular las preguntas para poder obtener la información que es útil en cada contexto».
Te dejo un vídeo y una presentación bastante inspiradores en este sentido.
La web social: hacia el nuevo contexto docente
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