Nell Edgington, presidenta de Social Velocity, (una reconocida consultora en Estados Unidos que persigue acelerar la innovación social de las principales organizaciones no lucrativas y así lograr un mayor impacto social y sostenibilidad de sus proyectos) publicaba a comienzos de año una reflexión sobre la necesaria evolución de las ONG hacia un modelo de financiación (y no de una mera recaudación de fondos).
Ante la realidad económica, está claro que acceder a fondos proporcionados por donantes individuales, eventos o donaciones de otras fundaciones no permite mantener el volumen de acciones de la mayoría de ONG (así que no hablar de ampliarlas).
Según Edgington es necesario cambiar el enfoque, ¿cómo?
– Las ONG han de entender que un programa de ingresos-gastos no es suficiente para sobrevivir ni prosperar. Todas las actividades que proporcionan ingresos de dinero (donaciones individuales, donaciones de fundaciones, beneficios, subvenciones gubernamentales, préstamos, etc) deben integrarse y formar parte de una estrategia de financiación más grande que apoye tanto a los objetivos da corto plazo como a largo; tanto a los programas como a la propia infraestructura de la organización.
– Las ONG no pueden segregar la recaudación de fondos del resto de sus actividades (programación y administración). Todas las actividades han de avanzar unidas e integradas.
– Los esfuerzos de recaudación han de centrarse en las donaciones individuales (que suponen más del 80 del dinero privado que se ingresa en el sector) y no en las empresas o fundaciones (que representan tan solo el 5 y el 12 % respectivamente).
– El dinero recaudado no sólo es para las acciones directas de la ONG, sino también para mantener la infraestructura (personal, tecnología, sistemas, evaluación, formación…). Las ONG tienen que entender que su acción sólo puede mejorar si logra alcanzar una organización eficaz que soporte sus acciones.
– Una financiación eficaz también pasa por préstamos y capital.
– Las opciones para ganar ingresos han de ser evaluadas y sólo puestas en marcha si realmente merecen la pena. Hay que estar abiertos a nuevos medios de financiación, pero no todas las iniciativas son adecuadas para todas las organizaciones.
– Hay que evaluar los ingresos netos de cada actividad (eventos, los recursos individuales de recaudación de fondos, patrocinios corporativos). Hay que buscar alternativas para las actividades de menor ingreso.
– Evitar caer en el formato de publicidad indiscriminada, y buscar medios y canales de marketing hacia un público interesado en tus acciones (cambiar, por ejemplo, los mails a mensajes en Twitter y Facebook).
¿Qué te parece?