Que levante la mano quien se haya inscrito alguna vez en un portal de empleo (Tipo Infojobs o Monster). Y ahora que la levanten quienes tengan perfil en alguna red profesional (tipo XING o LinkedIn).
Bueno, ahora bájala para poder seguir utilizando el teclado o el ratón.
¿Cuál es la pregunta que más ronda por la cabeza de quienes se dan de alta cualquiera de estas herramientas de búsqueda de trabajo en Internet? te invito a responder en el apartado de comentarios a este post. Pero ya te digo yo que la mayoría de nosotros nos planteamos generalmente dos cuestiones:
– ¿Realmente esto funcionará? (o sea ¿encontraré un buen trabajo por aquí?)
– ¿Quién va a ver mi información personal?
Y es muy curioso cómo mucha de la gente que no se abre un perfil en redes profesionales explica que tiene reparos para hacerlo por temas de privacidad. En cambio sí tiene flotando por la red (quizá desde hace años) su currículo y perfil profesional en uno o varios portales de empleo. La cuestión es que en principio nadie (salvo las empresas que buscan nuevos empleados y pagan a los portales de empleo para bucear en sus bases de datos) puede llegar a través de un buscador a estos datos personales.
Por otro lado, los expertos en redes sociales-profesionales, estiman que hay un 30 % de perfiles en ellas que apenas aportan datos útiles para un reclutador. O son perfiles duplicados. O están completamente obsoletos.
¿Realmente el problema es la privacidad? Pues no. No puede ser que las principales interesadas en ganarte como usuario (las redes) no sean capaces de darse cuenta de cuál es el freno para que más gente aproveche sus servicios gratuitos o incluso pase a pagar por los más exquisitos. Las redes sociales y profesionales hace tiempo que han puesto a nuestra disposición opciones para fijar con exactitud quién ve qué información.
El problema es que no sabemos utilizar las opciones de privacidad que ofrecen estas redes. Hay que admitir que algunas de éstas se han ido desarrollando con «el carro ya en marcha». Pero el caso es que matamos moscas a cañonazos o intentamos cortar el filete con un alfiler.
Si no quieres que nadie acceda a tu perfil laboral, o a tus expectativas, o a tu situación profesional actual, lo de «no rellenar» esos campos es absurdo. Para eso no te inscribas en la red. Lo que hay que hacer es seleccionar que el perfil no sea público, sino privado. Así no quedará a la vista en los buscadores, pero sí para los reclutadores que tengan cuentas premium. Exactamente el mismo modelo que funciona en los portales de empleo…
En fin, el que algo quiere algo le cuesta, y en el caso del networking, la cuestión pasa por que te tomes la molestia de saber qué partido le puedes sacar al tema…
Quizá también las redes profesionales deberían hacer un poco más de hincapié en explicar con casos prácticos las diferentes modalidades de privacidad que se pueden elegir…