La tensión en Costa de Marfil es enorme. El pasado 28 de noviembre se celebraron las elecciones presidenciales en las que el opositor Ouattara venció al hasta ahora presidente Gbagbo. Sin embargo, el Consejo Electoral no reconoció estos resultados y estalló una crisis política y humanitaria de descomunales proporciones.
Debido a ésta, más de 18.000 refugiados están huyendo a países limítrofes, por el miedo a que aumente la escalada de violencia y por el clima de tensión que podría dar lugar a una nueva guerra civil en el país africano, como la que ya sufrió entre 2002 y 2007.
Por este motivo, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha establecido un campamento para atender a los desplazados en la vecina Liberia, hacia donde están llegando la mayoría de refugiados.
El campamento se ha instalado en las proximidades de la ciudad de Saclepea, en el Condado de Nimba, donde desde el pasado 24 de diciembre ACNUR está mandando personal de apoyo a los cooperantes que ya se encontraban allí. Hasta que el campamento se ha puesto en marcha, los refugiados eran acogidos por comunidades locales, pero el gran número de llegadas registradas los últimos días hace que los recursos de estas comunidades no sean suficientes para atenderlos a todos.
El personal de ACNUR está distribuyendo ayuda humanitaria de emergencia en la zona, donde los desplazados son registrados y reciben algo de comida, lonas plásticas para cobijarse o mosquiteras entre otros artículos de primera necesidad y aunque esta agencia de la ONU ya ha destinado cerca de 3 millones de dólares para distribución e infraestructuras, la contribución de los países donantes seguirá siendo imprescindible para seguir atendiendo a los refugiados.